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Surfcasting: Claves para una pesca selectiva

jueves, 22 de diciembre de 2011

Foto: Daniel Almeida (Recomiendo visitar su blog:  Daniel Almeida Visuals)

¿Cómo podemos llegar a conseguir que en una jornada de pesca a surfcasting sólo entren a nuestros anzuelos determinadas especies y de un tamaño considerable?

Es evidente que podemos seleccionar, al menos en parte, las capturas, mediante nuestra forma de pescar. Pero en una jornada de pesca normalmente no podemos elegir totalmente que peces comerán nuestros cebos, esto depende de muchos factores que hoy veremos en este artículo “pesca selectiva a Surfcasting costero”

Seguramente el asiduo pescador de surfcasting ya conoce las mejores condiciones, estaciones, técnicas y señuelos para seleccionar las diferentes especies que se pueden tentar en nuestros litorales, aunque ya se sabe que la pesca es impredecible y que si hay algo seguro es que no hay una ley absoluta.

Para empezar hay que decir que la principal clave es no perder la paciencia, puede parecer obvio pero hay tantos factores que influyen en la pesca como las mareas, vientos, corrientes, cebos, montajes, especies etc que podemos llegar a desistir al no conseguir resultados, algo por desgracia cada día más habitual en nuestras playas.

Es habitual iniciarse en la pesca al Surfcasting por iniciativa propia, tal vez en vacaciones en esas tardes y noches apacibles de verano. Por lo que generalmente empezamos de cero hasta adquirir poco a poco nuevos conocimientos fruto de la experiencia y la observación de lo que nos funciona y lo que no.

Foto: Florida Memory en flickr


Cebo Grande ande o no ande
Un factor imprescindible para salir de las clásicas pescatas de especies menores que se suelen realizar con montajes múltiples y cebos blandos como los gusanos, coreana etc es la vieja regla, pero no por ello poco efectiva: “Cebo grande ande o no ande”

Recuerdo que de niño solía trocear las cajas de gusanos para cubrir simplemente el anzuelo (lo más pequeño posible), si buscamos grandes piezas esto es lo primero que tenemos que tener claro. Cebos grandes. Es muy interesante en este sentido echarle un ojo al blog de Tanero de pesca de doradas y ver los cangrejos que utiliza como cebo.

Si pretendemos tentar este tipo de peces, hacen falta varias cosas: Una es presentarles un cebo apetitoso y de cierto tamaño, por lo que nos olvidaremos también de los montajes múltiples y redoblaremos nuestra paciencia ya que será habitual recibir muchas menos picadas (todavía) en nuestros montajes.

Dentro de la gran variedad de cebos que podemos utilizar para la pesca, hay algunos que son muy apropiados para los peces grandes, ya sea por su dureza a la hora de aguantar los envites de los peces pequeños, que en muchos casos son los culpables de que en el momento en el que pasa el pez grande cerca de nuestro anzuelo ya no quede ni rastro del cebo que habíamos lanzado al agua, ya sea por su olor o por su volumen.

El pescado azul es un cebo irresistible para los grandes depredadores que tanto se buscan desde espigones y playas. Esta carnada se puede utilizar entera, aunque de esta forma perderemos muchos metros en nuestros lances. Otra forma de utilizarlo y que nos permitirá una pesca más fina si sabemos prepararlo bien es fileteárlo y asegurarlo con hilo de licra.

Dentro de este tipo de cebos estamos hablando de sardinas, colas de caballa, jurel o la propia sardina, muy efectiva a la hora de tentar a lubinas, las reinas de la playa.

Otro cebo todoterreno y que es muy selectivo sobre todo si somos generosos en su racionamiento es el choco sucio, una buena tira de éste será una excelente opción siempre y cuando sea lo más fresco posible.

Dentro de los gusanos, podemos destacar la tita que se puede conseguir en diferentes tamaños. Es el cebo clásico junto con el cangrejo si buscamos doradas. Si usamos titas grandes, se les corta la cabeza y el culo y se estira. Una vez realizada esta operación, se le da la vuelta, se enrolla en una aguja y se envuelve con hilo de licra.

El cangrejo es otro cebo que debido a su dureza es muy selectivo con las capturas, si anzuelamos correctamente y no lo dañamos conseguiremos que sus movimiento sea un factor atrayente extra. Lo mejor para que el cangrejo siga vivo es no pincharlo al montarlo, esto lo conseguiremos con el hilo elástico, o pegamento poniendo el anzuelo en el caparazón.

La navaja y el mejillón con o sin cáscara, es otro cebo habitual en nuestros fondos y que sin duda merece la pena llevar en nuestra nevera. Pues forma parte de la dieta diaria de nuestros peces.

Asegurando las capturas con cebos todoterreno
Si no queremos jugarnos la jornada de pesca a todo o nada es conveniente añadir a nuestra nevera de cebos algún cebo más versátil y por tanto menos selectivo que puede evitar que nos vayamos de vacío.

Dentro de esta categoría la estrella es el gusano americano, ya que tiene un poder de atracción enorme sobre todo tipo de especies.

Por supuesto también está el siempre interesante gusano coreano, que a más de uno sorprenderá por su efectividad. Es algo más blando que el americano, pero con mayor cantidad de fósforo, lo que lo hace un candidato estupendo para pescar por la noche, además siendo un cebo relativamente barato no debemos escatimar en su anzuelado.

Seleccionando las especies
Esto no sólo depende de un único factor, sino que tendremos que tener en cuenta claves que no dependen únicamente de nosotros o de los cebos que utilicemos. Hay factores externos como las mareas, los vientos, épocas del año o condiciones atmosféricas que pueden ser la clave del éxito o fracaso de nuestra jornada de surfcasting.


La importancia de las estaciones
Hay especies que podemos tentar todo el año, como las lubinas y los sargos. Estas especies prefieren aguas movidas e incluso las típicas aguas sucias que se ven después de los temporales o incluso durante éstos.

Hay que especificar que especies como la lubina presentan mayor actividad durante los meses fríos. En el caso de las herreras y doradas suelen empezar a acercarse a nuestras costas a principios de primavera, por lo que en los meses de primavera se podrán realizar las primeras capturas mientras que en los meses calurosos de verano tendremos en cierto modo “mayor seguridad” para encontrarlas. Sin embargo será en los meses otoñales justo antes de que se retiren por un tiempo, cuando tendremos más posibilidades de capturar un gran ejemplar.

Peces como la boga o el besugo, son habituales durante todo el año si el agua está calma y limpia, no será difícil que hagan acto de presencia.


Pero si tenemos la suerte de recibir una gran picada de esas que hacen que nuestro carrete suelte metros sin parar, y después de pelear media hora con nuestro adversario logramos vararlo en la arena. Si esto sucede, la pesca selectiva a surfcasting nos habrá enganchado de por vida.

Los montajes para un surfcasting selectivo
Un aparejo de pesca selectiva deberá renunciar a la idea de pescar mucho en cantidad, opción que, en términos generales, suponen priorizar los plomos corredizos sobre los de plomada fija y los terminales largos rematados por un solo anzuelo frente a las bajos con gametas cortas múltiples. Se trata siempre de buscar la discreción y de eliminar las resistencias que actúen entre el anzuelo y la linea madre, para de este modo favorecer la sensibilidad y el contacto entre el pescador y el pieza.

Materiales
En cuanto a los materiales escogeremos para los bajos siempre fluorocarbono de diámetros discretos entre el 35 y el 45 a poder ser. Yo los utilizo para hacer los bajos y para empatillar los anzuelos del 28 para las gusanas finas y del 30 y 35 para los cebos generosos y pez de piedra.

Los anzuelos os recomiendo negros y de acero inoxidable, para cebos finos tipo gusanas catalana buscando la herrera o similares uso anzuelos largos del 4, del 5 y del 6 dependiendo del tamaño que este tocando, para cebos generosos yo suelo utilizar el 1, el 2 y asta el 3 ya dependiendo el tipo de cebo y como se presente varios factores como el día, lugar donde pesquemos y especie que buscamos.

Por otra parte las plomadas son de uno de los elementos mas cambiables en un montaje, ya que las exigencias de peso y forma suelen variar con frecuencia a lo largo de la jornada de pesca y plomar adecuadamente es necesario para lograr el funcionamiento de nuestro montaje.

Cambiando la forma de pensar
Tras varias horas sin picadas es fácil que lleguemos a desesperarnos, puede que no aguantemos la larga espera que separa al pescador de surfcasting de la inesperada pieza. Es probable que el aficionado impaciente cambie el cebo selectivo por el chambel entretenido...pero si conseguimos una, y digo sólo una captura de este tipo...quedaremos enganchados para siempre.




Los mejores cebos para la pesca de la dorada a Surfcasting

martes, 20 de diciembre de 2011


La dorada, junto con la lubina, es uno de los peces más desconfiados de los que podemos tentar pescando a Surfcasting. La elección correcta del cebo así como una buena presentación son dos de las cosas más importantes cuando queremos conseguir capturas de cierto tamaño.

En este post vamos a hacer un repaso de los mejores cebos para pescar doradas a surfcasting y veremos algunos consejos para anzuelar correctamente cada cebo con el fin de incrementar el número de clavadas. Si esta parte ya la conoces también puedes visitar el post: Cómo pescar doradas a surfcasting que preparamos el mes pasado.

Los mejores cebos para la Dorada:

La dorada admite una amplia gama de carnadas que incluye muchos invertebrados, sobre todo moluscos y crustáceos. También se muestra muy golosa con todo tipo de anélidos o con la gusana llamada “tita” Además, como casi todos los espáridos -en mayor o menor medida- disfruta con el marisco. Veamos una a una que posibilidades tenemos:

Mejillón:

Se hace añicos la concha con una piedra y luego se extrae la carne con la ayuda de una navaja o cuchillo pequeño, procurando quitar los ligamentos que la mantienen unida a la concha. Luego se pone la carne en el anzuelo pasando este último un par de veces por la parte más dura de aquella, que es la blanca. Se toma después otro mejillón y, con la navaja, se le abren las valvas lo mínimo necesario para hacer pasar entre ellas el anzuelo antes cebado con sólo la carne. Luego se cierran y se atan con una decena de vueltas de hilo elástico.

El mejillón constituye desde siempre el cebo más apreciado por la dorada, lo que queda patente por el hecho de que, cuando consigue penetrar en un criadero, se los come de manera voraz.

En nuestro caso la dorada cogerá el mejillón cerrado por la parte de la punta, lo hará añicos lo dejará caer sobre el fondo para luego volvérselo a meter en la boca y masticarlo. Está claro, pues, que deberemos proceder al clavado al segundo toque.

Cangrejo:

Los cangrejos también son un cebo excelente para pescar doradas. No importa de qué clase sean, aunque personalmente me decanto por el cangrejo común, también llamado verde.

Los podremos ir a buscar entre las algas de la zona de playa donde rompen las olas, sirviéndonos de un retel y un par de sardinas. Conviene consultar la legislación de la zona, para saber si es posible recolectarlos y en qué cantidad.

Busquemos ejemplares no demasiado grandes para montar enteros. Se conservan en un cubo con un poco de agua o incluso en seco sobre algunas algas húmedas.

Para anzuelarlo correctamente, lo mejor es no matarlo (muerto también pican, pero tendrá menos poder de atracción) así que debemos encarnarlo procurando no herirlo. Para esto existen varias formas de hacerlo.

La más sencilla pasa únicamente por amarrarlo con una gomita o hilo elástico que podemos adquirir en cualquier mercería. También podemos prender el anzuelo atravesando el punto en el que las patas anteriores se unen con el cuerpo del animal (Para esto conviene extirpar previamente las patas), pero esta forma no garantiza una sólida sujeción y corremos el riesgo de herirlo gravemente.
Otra manera, consiste en secarle el caparazón y pegar allí el anzuelo valiéndose de unas gotitas de pegamento rápido y extra fuerte.
Así puesto, el anzuelo será confundido por la dorada con una de las patas del cangrejo y no pondrá reparos en comérselo, primero aplastándolo y luego engulléndolo. Cuando, por último, intente alejarse, será el momento de clavar. Y este quizá sea el punto débil de este cebo ya que se suelen perder muchas clavadas, encontrándonos con el cangrejo totalmente destrozado o directamente con el anzuelo limpio, sin rastro de nuestro adversario.

Arenícola:

También llamada lombriz de tierra. Al ser un gusano muy frágil, habrá que emplear un anzuelo de aguja cuya caña sea muy delgada, lo que supone correr cierto riesgo en cuanto a resistencia, de hecho la dorada, con su volumen, consigue enderezar sin problemas anzuelos bastante más fuertes.

Se anzuela de manera que forme un mechoncito que deberá tapar totalmente el anzuelo. Normalmente se usan lo que se denomina aguja de cebar y consiste en introducir previamente la lombriz en la aguja para después, insertando la punta del anzuelo en un extremo, traspasar todo el gusano al anzuelo y parte del hilo.

La arenícola que generalmente la encontramos en la tienda y nos la proporcionan con serrín. Puede conservarse dentro de una caja de polietileno con poca agua, que tendremos la precaución de cambiar a menudo.

Ermitaño:

Ante todo deberemos procurárnoslo directamente por medio de los barcos pesqueros (que se los encuentran en las redes) o en la pescadería.

Para su conservación basta ponerlos en un cubo con poca agua, que deberemos cambiar a menudo ya que pronto se ensucia.

La dorada, a pesar de su poderosa dentadura, no muerde la concha del ermitaño porque contiene actinia, que le irrita la boca. Deberemos romper con un martillo la concha, evitando lastimar el cuerpo del crustáceo, Luego lo pasaremos por el anzuelo, tras haberle quitado las dos pinzas anteriores, atravesándole el abdomen hasta el punto en que empieza la cabeza.

Navaja

Podemos utilizar las que encontraremos en la playa tras una gran marejada o bien, a falta de estas, comprarlas en la pescadería. Para utilizarla de anzuelo abriremos las valvas y extraeremos la parte carnosa del interior, por la cual pasaremos una aguja de cebar y daremos varias vueltas de hilo elastico para evitar que se salga durante el lance. Después pasaremos al anzuelo con cuidado y terminaremos la, operación dejando el anzuelo en el pie musculoso.

Si la navaja no es fresca, es mejor haberla tenido un par de días en sal con lo que conseguiremos que este más dura y no hará falta hilo elastico para el lance.

La navaja junto a la tita es, sin duda, uno de los mejores cebos para la pesca de la dorada.

Tita

Nos serviremos de una aguja de cebar, que no tenga punta, para intentar atravesar el gusano, por la probóscide, intentando que no se escape el líquido por el que está compuesto, después pasaremos el hilo por el interior de la aguja (por la parte donde no está el anzuelo) para que al retirar la aguja que dentro del gusano. Bajamos la tita para que cubra el anzuelo de aproximadamente el nº4. Si la tita es muy grande podremos también abrirla y usar trozos de la misma como si de chipirón se tratase.

Podemos conseguir titas en las tiendas de artículos de pesca, normalmente en cajas con unos trocitos de algodón humedecidos o piedrecitas. Pueden ser de color marrón o de color rosado.

Evitaremos comprarlas congeladas.

Sardina

Habrá que utilizar un bajo de línea muy especial que lleve, en la parte superior del anzuelo final, otros tres colocados a una distancia de unos 4 cm el uno del otro.

Se ha de clavar el anzuelo en una branquia de la sardina, mientras que los otros tres se introducirán en el cuerpo. Luego efectuaremos dos nudos de nailon en torno a la cola para que los anzuelos no puedan salirse del cuerpo durante el lanzamiento. Para el bajo de línea podemos utilizar nailon del 0,25 armado con anzuelos del nº4 o del nº 6.

La compraremos un día antes en la pescaderías y le echaremos abundante sal para que endurezca, o la podemos comprar en la tienda de pesca donde nos la proporcionan ya salada.

¿Cómo se consigue una clavada efectiva?

viernes, 18 de noviembre de 2011


La clavada, como bien sabemos, no siempre se produce sola por la propia acción del pez al tomar nuestro cebo. De ahí que generalmente debamos actuar con rapidez y cierta destreza si queremos disfrutar de un mayor número de lances.Una buena clavada es decisiva en la consecución de la captura, parece sencillo pero no siempre lo es...

No caigamos en la tentación de pensar que clavar el anzuelo es simplemente pegar un tirón fuerte a la línea. A medida que crecemos técnicamente vamos comprendiendo que esa, en teoría, simple acción, tiene variantes y adaptaciones para cada tipo de pesca. Un pescador avanzado ajusta su clavada a las circunstancias presentes en la jornada de pesca. En este artículo intentaremos despejarlas.

El anzuelo adecuado y afilado
Para conseguir una buena clavada tenemos que tener en cuenta un primer elemento: El anzuelo.

Elegir correctamente el anzuelo, basando nuestra elección en el tipo de pez que estamos buscando tiene un gran impacto en el porcentaje de acierto a la hora de clavar la pieza. Además de esto no debemos de escatimar esfuerzos a la hora de adquirir los mejores anzuelos que tengamos disponibles, si lo pensamos bien realmente es la pieza clave de nuestro equipo...

Un anzuelo bien afilado es el primer paso para garantizar la captura.Para esto debemos llevar siempre un poco de lija o piedra de afilar para tener siempre a punto nuestros anzuelos (Mejor si lo hacemos en casa). Un pequeño truco para saber si tenemos nuestros anzuelos afilados es el siguiente: Deslizaremos la punta por la uña de un dedo, si la punta se desliza es hora de afilarlo, si la punta se frena, porque se clava en la uña, está a punto.

El segundo aspecto clave es usar un anzuelo fino ya que éstos penetran más fácilmente. Una vez introducida la aguda punta del anzuelo, la profundidad de la clavada vendrá dada por este factor.

La tercera cuestión clave es la rebaba o muerte del anzuelo. Su efecto, es similar al grosor del alambre. Cuánto más grande la rebaba, más gruesa la sección de anzuelo que hay que penetrar en la boca, por lo que será menos efectivo para clavar. No entraremos aquí en la eterna discusión sobre si mantener la rebaba o quitarla del anzuelo favorece o perjudica la retención del pez clavado, simplemente nos quedaremos con lo mencionado con respecto al momento de la clavada.

Finalmente, con relación al anzuelo, tenemos que mencionar su diseño, entendiendo por esto la forma de la curva, largo de la pata y la punta, ojal o pata, etc. En esto no hay posibilidad de definir axiomas sino hay que probar los anzuelos que se indican para cada tipo de pesca, sacando las propias conclusiones basadas en nuestra experiencia y en el tipo de especies que reinan en la zona, atendiendo que, por maximizar una función del anzuelo, clavar, no se descuiden otras como retener el pez durante la pelea.

¿Cómo se consigue una clavada efectiva?
Que un pez tome nuestro cebo no asegura nada, ni siquiera cuando el anzuelo se ha clavado tenemos la seguridad de capturar la pieza, por eso es prioritario intentar clavar de forma efectiva para que por mucho que batalle el pez, logremos sacarlo del agua.

Para muchos pescadores este es un acto que se da por hecho, se piensa que el anzuelo se clava solo y que nuestra única misión es el combate eficaz con la pieza. Incluso hay muchos que sostienen que siempre es mucho mejor dejar que el pez se clave solo y dejarnos de tanto clavar nosotros pero esto no es del todo cierto...

Que el pez se clave "solo" ocurre algunas veces en que por circunstancias, el anzuelo se clava por si sólo por así decirlo, pero en otras ocasiones lo que ocurre es que sólo se clava la punta por haber dado en tejido duro o hueso. Otras veces el pez muerde el cebo con fuerza y mantiene la boca cerrada por lo que el anzuelo no se ha clavado etc... Sólo nuestro tirón producirá la clavada efectiva.

Para clavar la pieza sólo hacen falta dos cosas: esperar (o darnos cuenta del instante adecuado) y ejercer el movimiento correcto con tiento y tensión suficiente, y estas dos acciones que parecen sencillas se convierten a menudo en verdaderos instantes cargados de tensión y adrenalina ya que una décima de adelanto o retraso, un tirón escaso o pasado de fuerza etc harán que perdamos la deseada pieza.

Podríamos decir sin temor a equivocarnos que la clave es probar y probar, de dar ligeros "cachetes" con la caña de corcheo a dar esos tironazos que a veces vemos a pescadores de surfcasting hay toda una gama que hay que administrar con cálculo casi científico.

Algunos consejos generales para clavar correctamente
Veamos ahora algunos consejos para mejorar el porcentaje de peces capturados con relación a las picadas en nuestro aparejo. Clavar correctamente sólo se consigue a base de práctica y de aprender de cada acierto y cada fallo, no perdamos la ocasión de entrenar con lisas, bogas o minitallas.

La clavada ideal sería definida como aquella en que la punta del anzuelo logre penetrar el tejido del pez de tal forma que el gancho inverso o muerte logre sujeción adecuada a través de los minutos de pelea sin que el anzuelo logre salirse de posición, asegurando la pieza para el pescador.

Durante nuestras jornadas de pesca debemos tener en cuenta a la hora de actuar un factor importante: Si pescamos con cebo vivo o artificial.

En el caso de artificiales nuestra reacción deberá ser mas rápida. El pez notará el engaño más rápidamente y tratará de escupir el señuelo.

En la pesca con cebo vivo o natural, nuestra reacción será mas pausada. Debemos esperar a que el pez haya introducido en su boca el cebo para proceder de forma contundente a dar el tirón con nuestra caña.

Actuar con tibieza o a destiempo hará que el anzuelo no penetre lo suficiente y el pez se escape al cabo de pocos segundos o minutos.

Si pescamos con la caña en la mano, la punta de la misma estará siempre lo mas baja posible para así poder tener una reacción mas larga y eficaz.

En fondos profundos de roca debemos realizar una acción de clavado prolongada y después recoger sin parar, si no hemos clavado recuperaremos el aparejo hasta llegar a nosotros ya que lo dejamos caer de nuevo al fondo se multiplica el riesgo de enrocar.

Un terminal en derivación clava mejor si el anzuelo está bien dispuesto, el pequeño freno que produce el plomo hace ya que el anzuelo apunte en la boca del pez, y si éste tira al notar el peso y acelerar la huida se clava, todo resuelto, de no ser así debemos ser nosotros quienes ejerzamos la tensión al notar el repiqueteo suave en el puntero o un leve cabeceo.

Técnica de los tirones repetitivos:
Consiste en la acción fuerte y repetitiva en un rango de 2 a 5 veces utilizando la acción de la caña adelante y atrás hasta conseguir que el anzuelo penetre en profundidad. Esta técnica tiene sus detractores que piensan que al hacerlo perdemos tensión y se producen fugas.

Haremos la técnica de los tirones dependiendo el pez que intentemos clavar, es muy sencillo, no todos los peces tienen la misma dureza de boca, pues sabemos que hay una gran variedad de peces como herreras, jureles, estorninos y caballas, chopas, etc... que tienen la boca frágil y si damos tirones repetitivos o bien le rajamos la misma o simplemente haremos un “ojal” alrededor del anzuelo y este se sale de la boca. Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de acero o carbono que contiene el anzuelo, pues la dureza de un anzuelo significa muchas veces su rotura, es decir se parte por la curva tras varios tirones se puede partir a no ser flexible.

La técnica en si es muy aconsejable siempre y cuando sepamos a qué nos enfrentamos y no es muy aconsejable para la pesca en la modalidad de surfcasting ya que si hacemos esta técnica corremos el riesgo de romper el nudo de unión de la línea a la cola de rata, en esta modalidad de pesca confiaremos en la acción de la caña y en la maestría de cada pescador.

Técnica de la tensión constante
Actuamos de la siguiente forma. Se da el tirón y se mantiene la mayor tensión que da nuestro equipo durante el mayor tiempo posible, de esta forma se logra hacer penetrar bien el anzuelo la mayoría de las veces. La explicación es muy simple. Si con nuestro equipo logramos aplicar una fuerza de 5 Kg. en la punta del anzuelo sobre una superficie lo suficientemente dura, pero solo lo hacemos por unos segundos y luego aflojamos la tensión, la punta solo penetrará un poco. Al menor movimiento del pez, por la propia forma cónica o piramidal de la punta, esta tenderá a retroceder. Podemos reiterar el cañazo pero puede volver a pasar lo mismo. Por lo contrario si la fuerza es constante el anzuelo se sigue hundiendo y si logramos pasar la rebaba ya no se desclavará. Inclusive si el anzuelo es sin muerte (sin rebaba), al superar la punta, difícilmente tienda a retroceder

Técnica del golpe de motor
Hablamos aquí de la forma de clavar un gran depredador al Curricán ( Tiburón, Atún...):
Una vez que la "chicharra" del carrete empieza a sonar, debe realizarse una maniobra de clavada conjunta, entre el contramaestre (el responsable de las cañas, montaje de los señuelos y buena navegación de los mismos), y el patrón, que está a los mandos del barco: El patrón debe acelerar los motores al máximo por un período no inferior a los cinco segundos. Mientras, el contramaestre debe llevar el freno del carrete hasta el primer "Strike", y aflojarlo en el momento que el patrón empieza a quitar máquina. De esta forma, se obtiene una clavada completa, con unos efectos similares a los que se obtendría dando un "Cachetón" a un pescado de ocho o diez kilos. Naturalmente, esta técnica sólo se emplea con piezas que superan los 50 kg. Con piezas menores, lo único que conseguiremos, con éste método, será hacerlas"volar" fuera del agua y destrozarles la boca.

Como siempre, todos estos consejos sirven como guía pero no pueden reemplazar a la práctica. En este sentido, en tu próxima salida de pesca, pesque conscientemente y analiza tu clavada a la luz de estos factores. Seguro que encuentras algún aspecto en el que puedes hacer pruebas y mejorar.

Diez consejos para la pesca del sargo a surfcasting

viernes, 4 de noviembre de 2011



Desde luego nosotros vamos buscando los sargos grandes ¿no? Esperamos que estos consejos sirvan de ayuda para capturar grandes sargos en la playa, cualquier otro consejo que nos dejéis será bienvenido ; )

Si queremos plantear una jornada de surfcasting con el sargo como objetivo principal, deberemos de adecuar la pesca a las condiciones del puesto y sobre todo de la mar. Para buscar con éxito a una especie que en función de las condiciones climáticas variará su comportamiento radicalmente tendremos que leer correctamente el mar.

Además hay que tener presente que los sargos son, dentro de la familia de los espáridos, uno de los miembros cuyo carácter es más receloso, y a medida que ganan en tamaño y edad también lo hacen en astucia,algo que deberemos tener muy presente para conseguir su captura.

1. ¿Por dónde anda el Sargo?
Es fundamental conocer bien el comportamiento del sargo. Gustan de alimentarse a media profundidad en los rompientes, en las proximidades de las rocas o muelles y cerca del fondo con aguas claras y tranquilas así como en zonas de playa sobre todo de fondos mixtos. Esto es fácil de deducir ya que será aquí donde encuentren el alimento con mayor facilidad, porque de noche se vuelven más confiados y prefieren adentrarse en aguas tranquilas como las de los puertos o rías o el mismo rebalaje de las playas. De estas primeras impresiones podemos concluir que de poco nos va a servir montar un aparejo que pesque a medias aguas con la mar como una balsa de aceite y clara, pues salvo que sea de noche, momento en que el sargo es más confiado en su alimentación, éste no subirá si es de talla, si bien lo harán confiados los alevines de esta especie que como es lógico no serán nuestro objetivo. Así pues deberemos presentarles el cebo a la profundidad a la cual lo tomarán confiados.

2.Un ojo al mar sarguero
Si salimos de casa con el equipo y la idea de ir a pescar sargos a una zona, y cuando nos asomamos a la puesta vemos para nuestra desesperación que el mar está como un plato y que no hay ni el más mínimo espumero, de nada nos valdrá obstinarnos en querer pescar por ejemplo sargos a boya. Será más aconsejable cambiar de postura buscando una zona más batida o bien orientar nuestra jornada a otras especies con las que sin duda ese día tendremos más éxito, como los lábridos (maragotas, julias serránidos), salmonetes, peces planos, etc…

3. El tono del agua
El color de las aguas para muchos pescadores pasa desapercibido. en apariencia parecería no tener mayor influencia pero sí la tiene hasta el punto de que con un cambio apropiado de cebo los resultados cambiarán drásticamente. Muchos pescadores cuando van a pescar llevan sólo un tipo de cebo y cuando buscamos especies como el sargo, que gusta de comer variedad, deberemos poner mas atención en la elección. Como ya comentamos en otro post, es bueno llevar varios cebos distintos.

Por ejemplo: vamos a pescar a una zona de rompiente ideal para el sargo, llegamos y la mar está fuerte: de nada nos servirá poner en esta circunstancia filete de sardina, ya que al poco de caer en el agua con el oleaje nos quedaremos sin él, o bien poner gamba sin salar o mejillón sin atar con hilo elástico. En estas circunstancias lo mejor será optar por cebos duros como el calamar en tiras o los cangrejos.

Otro ejemplo es el pescar en un puerto con la mar muy turbia debido a las marejadas de días anteriores. En estas condiciones lo adecuado será elegir cebos olorosos, ya que los sargos y otras especies con mar muy revuelta tendrán que dejarse orientar por el sentido del olfato, el que sin duda tienen muy desarrollado. Por ello primará en la elección el poder atrayente de nuestro cebo mediante el olor, y lo mejor será sin duda el filete de sardina o el mejillón, pues las aguas están más tranquilas.

4. Cuidado con el viento
Se dice que el viento es el peor enemigo del pescador de caña... Para algunas modalidades como la pesca al tiento con cañas de puntera fina puede ser muy mala porque el poco peso de la caña junto con su longitud nos hará que tengamos que asegurarlas en todo momento, además del movimiento que dará el viento a la puntera evitando que podamos detectar bien las picadas. Si pescamos a fondo tal vez nos afecte algo menos, aunque las picadas se notarán peor, y debemos tener presente que si estamos en playas artificiales o de arena muy fina nos será muy engorroso ya que nos llenaremos de ésta al igual que nuestros equipos.

Lo peor es para la pesca a boya, pues nos puede hacer insoportable aguantar la fuerza que el viento ejerce sobre la caña y ésta sobre la mano. De estas apreciaciones se deduce que en los días de viento, si nuestro puesto está muy expuesto, lo mejor sería cambiar de ubicación a otro no tan bueno en apariencia pero que nos permita pescar cómodos y detectar bien las picadas.

5. Los aparejos
Muchos pescadores llevan aparejos para pescar sargos que no son los más apropiados. Si ponemos un plomo mucho más pesado de lo necesario para las circunstancias de mar restaremos naturalidad al cebo y más vale pecar por falta que por exceso. La longitud de nuestros terminales será determinante para que éstos doten al cebo de un movimiento atrayente, aunque con mucha mar una colada muy larga o un ramal muy extenso pueden hacer que se líe en exceso. Aquí la experiencia rápidamente nos hará ver el largo de la colada apropiado a cada circunstancia. Como casi siempre el mejor consejo es probar y probar y extraer nuestras propias conclusiones.

Otro error muy difundido es el grosor de las líneas empleadas en el aparejo. Éstas deberán tener el diámetro acorde con el lugar, las circunstancias del momento, etc. Si nuestra postura está a 5 metros del mar y tenemos que remontar los sargos hasta nosotros, no podemos afinar tanto como si podemos cogerlos directamente o meterlos en un salabre, del mismo modo que no podemos afinar si estamos en una zona de bloques o de rocas que nos roce con frecuencia nuestro aparejo pues éste partirá.

Otra norma a seguir es la de aumentar notablemente el diámetro de la línea a emplear durante la noche, pues es más fácil conseguir grandes ejemplares. Los trabajaremos con más dificultad por la ausencia de luz y además estarán más confiados al tomar los cebos.

Los anzuelos también deberán ponerse en función del cebo y la modalidad empleada. Si pescamos con quisquilla a boya, deberá ser recto y bien afilado de buen tamaño, para enganchar al mínimo toque rápido. Si pescamos a fondo con chipirón mejor que sea de los denominados de pico de loro para permitir que lo engullan sin que noten nada raro que les haga recelar y soltar el cebo.

6. Cebos apropiados para pescar sargos
Los cebos, salvo aquellos que han probado su efectividad sobrada en todo tipo de escenarios tras esta especie, como el caso de la gamba pelada y salada, el mejillón o bien el filete de sardina salado, serán los que estén presentes con más o menos frecuencia en el escenario de pesca. En ocasiones me ha ocurrido no tener cebo apropiado para la pesca de sargos, pero si observamos en nuestro puesto de pesca según cómo esté la marea, podremos hacer acopio de diversos tipos. Algunos muy efectivos, como mejillones, quisquillas, sapas, cangrejillos...que nos darán en más de una ocasión grandes satisfacciones.
7. El tamaño es relativo
Los sargos pueden ser grandes, en casos excepcionales pueden llegar a los cinco kilos, pero lo normal es que uno de kilo o kilo y medio sea una buena captura e incluso menores. Si queremos disfrutar con su pesca deberemos utilizar los equipos más ligeros que las modalidades y las zonas de pesca nos permitan. Por ejemplo, pescar en un acantilado con una caña de las utilizadas para la pesca de la trucha a mosca es algo descabellado, pero en un puerto no, y nos permite disfrutar incluso con capturas de cuarto de kilo si el equipo es bien ligero. Un error muy difundido es el utilizar equipos demasiado pesados en condiciones que no precisan de ello, así lo que conseguiremos será disfrutar menos de nuestras capturas.

8. Atentos a las mareas
En aguas atlánticas como es nuestro caso la marea es de gran importancia. Tal vez en lugares determinados coman en bajamar, pero lo normal es que entren a nuestras posturas con la subida de la marea pues ésta les permitirá acercarse a los percebes, los cangrejos o simplemente cubrirá las zonas donde las arenícolas habitan. Por tanto estas horas de pleamar o marea alta serán en las que deberemos centrarnos, pero también las primeras horas de bajada después de la pleamar serán buenas porque arrastrarán los alimentos que hayan descubierto las olas a zonas más profundas mar adentro.

Deberemos hacer coincidir nuestras jornadas de pesca con las horas de la subida de la marea o las primeras de la bajada, o bien buscar aquellas zonas que son susceptibles de haber sido cebadas de forma natural por la pleamar y donde se acumulen los seres que la marea arrastro en su bajada, tales como puntas de roca a la salida de una playa, desembocaduras, etc…

9. Sin asustarlos
Es habitual que el sargo se mueva y se alimente en bancos. Si cebamos las aguas y atraemos a un buen grupo es una pena que por una maniobra torpe o acelerada se pierda la postura de pesca. Por maniobra torpe entiendo que un sargo se nos suelte por el aire y se golpee contra las rocas en su caída dejando caer escamas al agua tras golpearse, o plomazos ruidosos e innecesarios sobre la zona cebada. La sutileza será nuestra mejor aliada sobre todo en modalidades como la pesca a boya o al tiento, donde pocos metros nos separan del sargo. Una solución por ejemplo sería si la puesta de pesca es mala para remontar las capturas llevarlas prendidas a una zona donde podamos cobrarlas mejor.

10. Cebado para que haya peces
El cebado de la puesta es una parte muy importante para que una jornada de pesca sea buena. Si todas las condiciones son las idóneas un buen cebado a veces es la diferencia entre una jornada exitosa y una no tanto. Algunos pescadores expertos en la pesca a corcho del norte de España llevan dentro de la cesta de pesca una naranja; no es broma saber cómo actúan las corrientes de nuestra puesta y es importante para adivinar hacia dónde se moverá nuestro macizo y así saber por dónde nos entrarán los sargos o simplemente comerán el cebo que arrojemos al agua. Esto es aplicable a un rompiente o un puerto -claro está que en una playa no es efectiva-, pero en estas zonas algunas indicaciones nos pueden dar señales acerca de dónde estarán los sargos. La observación en este caso será nuestra mejor aliada; por ejemplo en aquellas playas con arena fina propias de oleajes fuertes las zonas donde rompen y forman nubecillas de arena serán las más propicias para poner nuestro cebo, así como en las playas de fuerte pendiente la zona anterior al escalón donde levanta la cresta de la ola.

Equipo básico para la pesca nocturna

domingo, 18 de septiembre de 2011


Muchos pescadores coinciden en señalar que el mejor momento para la pesca en la playa a surfcasting es el de la noche, no sólo porque determinadas especies suelen mostrar una mayor actividad, sino también porque es en estos ratos de oscuridad y silencio cuando mejor se puede “sentir el mar”.

A pesar de todo lo bueno que tiene la pesca nocturna, debemos tener en cuenta que para poder practicarla cómodamente y con seguridad precisaremos contar con toda una serie de requisitos especiales para nuestro equipo.

A continuación hablaremos de cómo debe equiparse correctamente un pescador que desee probar suerte cuando la luz ya se ha ido.

La luz
Evidentemente este es el punto más importante a tener en cuenta a la hora de equiparnos para la pesca nocturna.

Recomendamos sin lugar a dudas las linternas de cabeza también llamadas “de minero”. El motivo es muy claro: necesitamos las dos manos para cargar, preparar, manipular, etc., etc. todo el material, si tenemos una linterna normal de mano ¿cómo vamos a hacer todo esto?

  • Busquemos un modelo orientable, de manera que le permita posicionar el foco de luz allí donde lo necesite en cada momento.
  • Luz concentrada: existen linternas que permiten concentrar el haz de luz en un punto en concreto (muy bueno cuando estamos cebando el anzuelo), o bien abrirlo para abarcar una extensión más amplia (para buscar algún elemento que se nos ha perdido, por ejemplo).
  • Estanqueidad: salpicaduras del mar, lluvia… la linterna estará constantemente expuesta a la humedad, por lo que conviene hacerse con un modelo que nos garantice que esto no será un problema.
  • Hay que procurar que sea cómoda, ten en cuenta que podemos llegar a pasar muchas horas con la linterna en la cabeza, si nos oprime o no se adapta correctamente puede producir dolor de cabeza. En este sentido conviene saber que existen modelos con cinchas anchas y elásticas o ajustables, que ofrecen una mayor comodidad.

Por último y en cuanto a la luz, seguro que en más de una ocasión habéis perdido el cañero pinchado en la arena después de habernos tenido que mover del lugar. La solución para evitar esto es sencilla y económica: colocar unas tiras de material reflectante en el cañero que nos permitan su localización en la más completa oscuridad.

Gusanos luminosos
Por mucha luz que llevemos encima resulta muy complicado divisar el puntal en la oscuridad de la noche salvo que nos encontremos con una jornada de pesca con luna llena.

Son relativamente económicos y muy útiles por lo que no existe ningún motivo por el cual no llevarlos siempre como parte de nuestro material de pesca. Existen diferentes tamaños, y grosores por lo que es conveniente hacernos con unos “portaluminosos” adaptados a nuestra caña.

Su funcionamiento es bien sencillo,al doblarlos producen una reacción química luminosa que nos permitirá tener localizada la puntera sin problema.



El sedal nocturno
El tema del sedal en la pesca nocturna es algo personal, pero conviene saber que existen en el mercado monofilamentos con colores especiales para mejorar su visibilidad en condiciones de escasa luz, pero ¿son estos colores apreciables por los peces?, ¿pueden influir en la consecución de resultados?

Si bien no podemos decir que el pez pueda ver con claridad el color y asociarlo con un posible peligro, lo cierto es que la gran mayoría de los pescadores coincidimos a la hora de señalar que los hilos más efectivos son los transparentes.

Queda a la elección de cada uno plantearse esta opción, es bien cierto que cuando quieren comer...

Algunos puntos a tener en cuenta
Otros puntos a tener en cuenta cuando preparemos el equipo para pescar en la noche:

  • Existen numerosos elementos que pueden ser iluminados: perlas, bul-nabs,, tubos de silicona, vinilos… Pero no conviene “deslumbrar” con demasiada luz que pueda poner sobre aviso a los peces a ver si nos vamos a pasar...
  • Para facilitar la jornada nocturna de surfcasting, procuraremos conocer el lugar donde se va a desarrollar; tener localizados los elementos que puedan “estorbar” y/o producir algún accidente es de gran ayuda para prevenir posibles accidentes.
  • Llevar ropa de abrigo. Por aquí en el cantábrico, incluso las noches de verano son bastante frescas, nunca está de más llevar suficente ropa de abrigo que siempre podremos quitarnos. Sería una pena pasar una mala jornada por no estar correctamente abrigados.

Pesca de la dorada a Surfcasting

viernes, 9 de septiembre de 2011



La dorada es uno de los peces más perseguidos por la mayoría de pescadores deportivos, tanto es así que incluso desbanca a la lubina como reina del surfcasting, en Galicia no es una captura tan habitual como en otras latitudes por lo que hace más fascinante si cabe ir en busca de este astuto espárido. Veremos en este post las principales claves para tentar doradas a surfcasting por estas latitudes.


Conociendo la especie
La dorada pertenece a la orden de los Perciformes y a la familia de los Sparidae (Espáridos). A esta familia también pertenecen otros peces muy conocidos como son el Sargo, la Mojarra, la Herrera, el Pargo, la Breca y la Salema entre otros. Su nombre científico es Sparus aurata., pero comúnmente se le llama Dorada, Cabezona o Zapatilla.

La dorada puede alcanzar unos 70 cm de longitud y un peso que en algunos casos puede superar los 8 kg. El peso depende del sexo, ya que la dorada es hermafrodita; es decir, que nace macho para después transformarse en hembra. Normalmente la mutación tiene lugar al alcanzar 500 g de peso, que suponen el umbral más allá del cual el pez pasa a ser de sexo femenino. Esto explica por qué los ejemplares que superan los 40 cm son todos, salvo rarísimas excepciones, hembras.

Si sois pescadores principiantes o novatos en la pesca de la dorada, podréis distinguirla fácilmente por su inconfundible franja dorada entre los ojos. Tiene también una mancha roja, cuya intensidad varía de un ejemplar a otro, a la altura del opérculo, cerca de las aletas pectorales.


 
Las doradas tienen un cuerpo ovalado, comprimido y alargado hacia la cola, la cual al ser grande, ancha y potente le permite moverse velozmente alternando, cuando es necesario, potencia y sacudidas muy bruscas lo que hace que presenten una lucha titánica una vez que se sienten clavadas por el anzuelo.

La dorada posee lomos de color gris oscuro y costados plateados, el cuerpo está recubierto de escamas muy grandes y visibles. Presenta una cabeza maciza con ojos más bien pequeños. La boca, baja, cuenta con labios carnosos y mandíbulas poderosas. La mandíbula superior está armada de dientes cónicos y diversas filas de muelas particularmente lisas. La mandíbula inferior es parecida a la superior, y se puede decir que es una máquina perfecta de triturarlo todo.

Hábitat y costumbre de la dorada
La dorada es un pez cuya actividad principal es diurna y es más activa con buen tiempo y suele desaparecer cuando se dan bajas presiones, tiempo nublado y fuertes vientos. La dorada suele llevar a cabo su reproducción entre los meses de septiembre hasta mediados de diciembre y provoca que también estén muy activas durante la noche.

Durante su fase juvenil les gusta la compañía de sus congéneres y forman grandes bandadas; pero por el contrario se van haciendo más solitarias con la edad.

Las doradas preferentemente viven cerca de la costa, pero también se pueden encontrar en bajíos mar a dentro y prácticamente en todos los lugares donde roca, vegetación y arena se mezclan. Se desplazan con frecuencia, siguiendo a veces el influjo de la estación, no despreciando las aguas salobres de las lagunas costeras. Entrando a estas por los canales de comunicación, especialmente en los periodos de reproducción, que suele ocurrir entre los meses de septiembre hasta mediados o finales de diciembre.

También se suelen encontrar en las desembocaduras de los ríos, especialmente en primavera y verano por lo que cuando nos planteemos una jornada buscando “peponas” un buen comienzo sería tantear playas con aporte fluvial.

Cómo pescar doradas a surfcasting
La época del año más favorable para la pesca de la dorada es entre primavera y otoño, ya que en invierno se aleja mar adentro hacia fondos de profundidades de hasta 50 m, donde se reúne en grupos. La dorada es un pez que siente mucho el frío, por lo que difícilmente baja a profundidades mayores.

Aunque normalmente la pesca de la dorada se realiza de día, cuando podemos encontrar doradas mayores sería de madrugada. La zonas iluminadas de costa y las noches con luna, serán las mejores. Las aguas deben estar lo mas calma posible y transparentes.

La localizaron de la zona de pesca es una labor que hay que realizar muy meticulosamente, ya que tienen que ser zonas donde la dorada se acerque a la costa lo más posible. El lugar ideal sería una zona de costa rocosa, con bancos de arena cercanos y con gran cantidad de comida para ellas ( erizos, cangrejos, mejillones).

Las cañas como en casi todos los casos se deben poner bastante inclinadas (siempre y cuando podamos), la línea floja con algo de comba y el freno regulado, (es conveniente emplear plomos que no superen los 65-70 g.), normalmente las doradas se clavan ellas solas, pero si por el contrario vemos que nos dan picadas y no se nos clavan, podremos hacer lo siguiente: coger rápidamente la caña, inclinaremos el puntero hacia la superficie del agua, con la línea suelta formando como antes una comba, esperaremos a que vuelvan a tensar, cuando esto ocurra cogeremos la caña la levantaremos con fuerza para poder clavarla.

La dorada, al meterse el cebo en la boca, primero le da vueltas y a continuación lo mastica para después alejarse; así, si nota aunque sea la más leve resistencia, lo deja todo y huye. Una cosa muy importante es acordarse de aflojar el freno ya que la fuerza de embestida de la dorada puede partir la línea.

Apenas oigamos zumbar el freno, agarraremos la caña con una mano, estrecharemos a la caña el hilo con la otra y clavaremos con decisión, tras lo que le dejaremos a la dorada todo el hilo que haga falta para sus envites y carreras con el objetivo de hacer que agote sus fuerzas.
Cuando veamos que ya remiten los cabezazos, comenzaremos a cerrar poco a poco el freno y a recuperar el pez hasta llevarlo a la boca de la sacadera. Si nos encontramos en la playa habrá que tener especial cuidado en los últimos metros, donde rompe la ola, ya que un mal movimiento o un tirón demasiado fuerte puede hacer que el pez con los mismos dientes rompa la línea.

Pescando doradas a surfcasting se utilizan cebos para la dorada tales como la arenícola, el ermitaño, la navaja, la tita y la sardina entera. Es importante, si queremos llegar a capturar la dorada, colocar en el anzuelo los cebos de manera correcta

Material para pescar a surfcasting
Lo normal para la pesca de la dorada es usar cañas para surfcasting de entre 4 y 4,5 m; normalmente de tres tramos y bastante consistentes, con una puntera fuerte, pues deberá aguantar plomos pesados.

En las cañas se montará un carrete muy robusto que lleve nailon del 0,40. También podemos usar, para conseguir lances más lejanos, nailon del 0,22 o 0,25 que soporte alrededor de los 7-8 kilos, al que en la parte final insertaremos un puente de línea de 15 metros que vaya del 0,20 al 0,57, lo que nos permitirá realizar un tiro bastante potente sin peligro de romper la línea.

En cuanto al plomo usaremos el peso, según la caña, de entre 100 y 150 g. Tenemos dos opciones, usar la técnica del plomo corrido, más tradicional, que consiste en insertar la línea madre por dentro del plomo y luego mediante un esmerillón colocaremos uno o dos anzuelos a unos 50 y 100 cm respectivamente.

También podemos usar los bajos de línea que crearemos con anterioridad a la acción de pesca. Consiste básicamente en un trozo de nailon que por un lado engancharemos a la línea madre por medio de esmerillones y por el otro tendremos otro esmerillón para enganchar el plomo. En la parte del medio hay muchas configuraciones aunque como ejemplo usaremos una pensada para especies desconfiadas como es la dorada:


Foto de portada: Iago A. R. Playa de Samil, Vigo

El plomo en el surfcasting

viernes, 2 de septiembre de 2011


Merece la pena dedicar un post especial al plomo de surfcasting: ¿qué modelos utilizar?, ¿cuándo utilizarlos?, ¿cómo?... intentamos dar respuesta a todas estas preguntas

A pesar de su pequeño tamaño y de su escaso coste económico en relación con el resto del equipo de surfcasting, el plomo es uno de los elementos más importantes del equipo en este tipo de pesca desde playa. Tanto es así, que podemos asegurar que de nada servirá disponer del mejor carrete ni de la más sofisticada de las cañas, si después colocamos un plomo inadecuado.



La importancia del plomo en el surfcasting
Por desgracia muchas veces la elección del plomo se deja un poco a la improvisación del momento o, incluso, simplemente a lo que nos puedan ofrecer en la tienda de pesca más cercana... Esto es un gran error.

La misión del plomo en un equipo de pesca es la de lastrar la línea de tal forma que el pescador pueda lanzar el aparejo a una cierta distancia.

Prácticamente todas las modalidades de pesca requieren de algún tipo de lanzado, pero en el Surfcasting este aspecto es crítico. El hecho de hacer llegar el aparejo a un lugar en concreto puede ser la diferencia entre conseguir o no los resultados deseados.

Ni que decir tiene que para conseguir que nuestro cebo entre en el agua justo en el punto que queremos, se precisará de una magnífica técnica de lanzado (la cual se consigue, principalmente, con muchas horas de práctica); pero también es absolutamente necesario que realicemos una correcta selección y colocación de los plomos o plomo que vamos a utilizar... y aquí no pocos pescadores experimentados fallan.



Tipos de plomos
Principalmente hablaremos de dos modalidades de plomos para surfcasting: según su enganche y según su forma.

Así, según su enganche, podemos hablar de dos tipos diferentes de plomos:

Deslizantes: disponen de una pequeña perforación a lo largo de su cuerpo, utilizada para pasar el hilo. De esta forma se mueven libremente por la línea.

Este tipo de plomo suele utilizarse con un aparejo en el que el anzuelo esté colocado en la parte final de la línea, mientras que el plomo se situará entre el anzuelo y la caña.

Fijos: Se atan al sedal mediante una pequeña argolla (que si no tiene un diámetro excesivamente grande hará que el plomo actúe como deslizante).

El aparejo utilizado habitualmente con los plomos fijos lleva el anzuelo colocado entre el plomo y la caña. Además y según la forma del plomo, podremos hablar de los siguientes modelos:

Plomadas esféricas: suelen ser deslizantes, permitiendo un deslizamiento de la línea de forma lateral.
Se utilizan fundamentalmente en fondos planos, teniendo en cuenta que en las zonas rocosas pueden quedar enganchados con cierta facilidad.

Plomadas redondas: llamadas “reloj” o “corona”, podemos encontrarlas con o sin puntas. Utilizados cuando se necesita anclar bien en un fondo de arena o de fango. Tienen el inconveniente de que su especial superficie plana opone una fuerte resistencia al aire, por lo que dificultan bastante el lanzado.

Plomadas cónicas: su especial forma de gota evita los molestos enganches, por lo que pueden ser utilizados en zonas de piedras sin problema alguno.

Plomadas tubulares: deslizantes o fijos, cuentan con la ventaja de ser muy económicos, si bien los atascos son más que comunes.

Plomadas ahusadas: los más utilizados por el pescador deportivo, puesto que su forma aerodinámica permite lanzamientos más largos.

Plomadas tipo pera: muy útil gracias a su gran versatilidad. Sirve para pescar tanto en fondos de arena y como en los rocosos. Tiene el inconveniente de que suele rodar sobre si mismo en el momento en que aparece la corriente.

Plomadas con aletas: especialmente pensados para un buen lanzado, por lo que han sido dotados de esa espectacular forma aerodinámica con aletas que además les sirven para anclarlos en el fondo y conseguir que no opongan resistencia a la hora de recogerlos, al evitar los más que posibles enganches.

Plomos con ganchos: muchos modelos de plomos han sido dotados de estos ganchos que se entierran en la arena, impidiendo que el plomo se desplace. En el momento de recoger, los plomos se repliegan, para no oponer ningún tipo de resistencia. Por ello son adecuados para pescar en fondos de arena, pero también sobre rocas ya que su longitud impide el enganche.

La selección del plomo
Procedemos a continuación a realizar un listado de los puntos más importantes que se deberán tener en cuenta a la hora de seleccionar el plomo adecuado para nuestra pesca:

-Plomo versus aparejo: Por supuesto, lo primero será elegir el aparejo que deseamos colocar en nuestra línea y éste determinará el plomo o plomos a utilizar.

-Empezar poco a poco: para conseguir llegar al plomo adecuado para la pesca y el día en concreto, deberemos realizar varias “pruebas previas”. Para ello no debe importarnos comenzar por montar plomos de unos 90 g. hasta que le vayamos cogiendo el tranquillo a la técnica y, sobre todo, al equipo. A pesar de que empecemos con poco peso (con el cual deberemos practicar mucho), lo normal es que acabemos consiguiendo el equilibrio deseado entre los 115 y los 130 g.

-Capacidad técnica del pescador: la experiencia es un grado y un buen lanzador puede conseguir buenos resultados aunque el plomo no sea del todo el adecuado.

-Capacidad física del pescador: resulta obvio que la fuerza del pescador influye en su capacidad para poder lanzar peso a ciertas distancias.

En relación a los dos puntos anteriores, el pescador debe tener muy presente con qué equipo se encuentra cómodo. Utilizar un plomo fuera de nuestras “posibilidades” sólo servirá para que nos encontremos incómodos, provocando lances, cuanto menos, erráticos.

-Peso del plomo: por supuesto, cuanto más pesado sea un plomo, más costará lanzarlo lejos; ahora bien, debemos tener algo presente: no por montar un plomo de mayor peso ganaremos en distancia, más bien en ocasiones podrá suceder justamente al revés.

-Forma del plomo: ya hemos comentado antes la gran variedad de formas que puede tener un plomo. Dependiendo de una u otra, el plomo se comportará de distinta forma.

-Colocación del plomo: en general, podemos decir que existen dos opciones en cuanto a la configuración del aparejo con respecto a la situación del plomo:

Plomo en derivación terminal: unido al aparejo y aparejo unido a la línea.
Plomo corredizo o intermedio: plomo por cuyo interior pasaremos la línea (por debajo estará el aparejo).

– Acción de la caña: es muy importante que consultemos la acción marcada en las características técnicas de nuestra caña, si bien nunca deberemos tomarlo “al pie de la letra”. Así, si la acción marca 100-200, nunca nos atreveremos a montar un plomo de 200 g., ya que sólo conseguiríamos romper el sedal, el puntero, o ambos, pudiendo provocar incluso serios problemas en la estructura tubular de la caña... tenga en cuenta que emerillones, perlitas, anzuelos y
cebos también pesan (en ocasiones más de lo que pensamos).

– Tipo de fondo en el que queremos pescar. En general podemos hablar de los siguientes fondos:
Arena fina: utilizaremos un plomo con forma de pirámide o de gancho. Este tipo de fondo no suele presentar problemas, por lo que prácticamente es válido cualquier tipo de plomo.

Arena fina entre rocas: el plomo de gancho será adecuado (no si estamos lanzando y recogiendo, puesto que este tipo de plomos se sujeta con fuerza al fondo, por lo que la fuerza necesaria para recuperarlo es muy grande).

Recubierto de algas: plomos de palangre o de lágrima; su especial forma hace que las algas pasen sin engancharse.

Piedras de canto (redondas): plomos de corona o de grapas.

Rocas: plomos de araña.

-El estado de la mar: en ocasiones el movimiento de la mar puede provocar que nuestra línea sea devuelta a la orilla nada más caer al agua; en estos casos debemos utilizar plomos con peso suficiente en función del coeficiente de marea.

Buena idea será asimismo decantarnos por plomadas con elementos de fijación que puedan mantenerlos en el fondo.

– Meteorología reinante: existen factores del clima que pueden influir directamente en la selección de nuestro plomo. Sin duda el más importante es el viento. Si éste hace acto de presencia, sobre todo si lo hace con fuerza, será necesario que elijamos plomos que dispongan de algún tipo de agarre, de tal manera que se “aferren” al fondo. Si por el contrario, el viento apenas sopla, deberemos optar por plomos más livianos.

La caña para la pesca a Surfcasting

Si tienes pensado comprar una caña para pescar a Surfcasting lo primero que debes tener en cuenta es que ésta se va a convertir prácticamente en una extensión de tu brazo por lo que es importante no precipitarse en su elección.

Existen cañas especialmente fabricadas para la práctica del surfcasting y que, por lo tanto, cuentan con unas características especiales que intentaremos aclarar a continuación.

Por supuesto, la que pesca no es la caña, sino la persona. Es importante tener esto en cuenta para no volvernos locos adquiriendo material que muchas veces no necesitamos.

Pero también sabemos que los resultados pueden variar muy mucho si utilizamos uno u otro equipo; por eso es tan importante que a la hora de seleccionar la caña que utilizaremos para la práctica de cualquier modalidad de pesca, tengamos muy claro cuáles son las necesidades y requisitos que debemos exigirle.

Un punto importante a tener en cuenta en la elección de la caña de surfcasting es la especie que queremos intentar pescar, ya que en función de las características de la misma deberemos dar mayor importancia a la potencia de la caña (especies grandes, que opongan una fuerte resistencia) o a su flexibilidad (especies de menor tamaño cuya picada sea menos perceptible).

Por supuesto siempre es recomendable llevar varias cañas en nuestras jornadas de pesca en la playa, dos es un número apropiado teniendo en cuenta la necesidad de vigilarlas y de desplazarse para hacerlo correctamente. Tener tres o cuatro cañas con diferentes características cubrirá casi todas las necesidades que los diferentes escenarios de pesca nos puedan plantear.

MATERIAL
La primera decisión que hay tomar a la hora de seleccionar nuestra caña para el surfcasting es la de elegir el material en que ésta esté realizada. Las opciones principales que tenemos son dos: la fibra de vidrio y el carbono.

El carbono aparece en principio como la opción más adecuada, ya que estas cañas son mucho más ligeras y por tanto más fáciles de lanzar. Además hoy en día este material cuenta con fusiones de titanio y kevlar, dando lugar a cañas que se convierten en auténticas joyas de alta tecnología que resultan un lujo para todos aquellos que las manejan.

El carbono permite además una recuperación más rápida, lo que sin duda también influirá en la calidad de nuestros lances.

Por supuesto el gran inconveniente de estos materiales no es otro que el de su coste, algo más elevado.

La fibra de vidrio es un material surgido en los años 40 del pasado siglo XX, época en la que supuso una auténtica revolución, permitiendo la creación de los novedosos formatos telescópicos.

Al contrario de lo que muchos piensan, la fibra de vidrio aún se utiliza en nuestros días, especialmente para la fabricación de punteros que buscan unas características concretas.

Una caña para el surfcasting debe ser rígida, pero debemos de ser conscientes de que esa rigidez también tiene sus desventajas. Entre todas ellas, la más importante es que se reduce la sensibilidad de la caña hacia las picadas, provocando que algunas resulten imperceptibles para el pescador. Esto hace que muchos se decanten por cañas en cuya puntera se colocan materiales más blandos como la fibra de vidrio, lo que siempre resulta una buena opción.

LONGITUD
La primera premisa que debe cumplir una caña para el Surfcasting es que sea lo suficientemente larga, oscilando sobre los 4,5 metros (con un mínimo de 3,5 m. y un máximo de 5 m.).

De cualquier manera en la elección definitiva de la longitud deberemos tener en cuenta ciertos condicionantes como la propia estatura del pescador, teniendo en cuenta que lo más importante es que nos resulte cómoda a la hora de lanzar.

Otro punto que debemos tener en cuenta a la hora de determinar la longitud adecuada de nuestra caña es el lugar donde vayamos a desarrollar la acción de pesca, puesto que si pescamos desde la orilla de la playa, lo más aconsejable será el uso de cañas largas y potentes, de unos 3,80 a 4,20 metros de largo con una acción de 8 a 10, con las que podremos superar la línea de rompiente. En cambio, si pescamos desde acantilados o rompientes las cañas pueden ser algo más cortas, con el fin de facilitar la maniobra del lance desde nuestro punto de pesca entre las salientes de las piedras.

¿Caña telescópica o enchufable? Lo primero que debemos saber es que ambas opciones son, en lo que se refiere a las características mecánicas, muy similares, permitiéndonos lances muy similares en cualquier caso (siempre y cuando cuenten con el mismo tipo de carbono, la misma acción y la misma longitud).

Si nos decantamos por una enchufable, una de las mayores dudas aparece a la hora de seleccionar los tramos ¿2 ó 3 tramos? Las cañas de dos tramos han irrumpido en el mercado, comiendo algo de terreno a las de 3.

En mi opinión, la mejor opción es la de tres tramos, entendiendo que resulta mucho más cómoda de transportar (una caña de dos tramos tienen una medida desmontada de alrededor de los 2 m., ¿has intentado alguna vez guardarla en un coche?).

Estas cañas de tres tramos suelen llevar aparejada una acción media, muy cómoda y adecuada para la pesca cotidiana en nuestras playas. Nos permiten una pesca fácil, alejada de cualquier tipo de complejidad técnica.

POTENCIA
Si hay algo que destaca en la pesca al surfcasting es la potencia que se necesita para su desarrollo.

Definiremos potencia como la capacidad de una caña para flexionarse hasta el límite de su resistencia (es decir, sin romperse).

Cada caña tiene marcada su potencia en su tramo inicial, expuesta mediante un indicativo de dos cifras que enclavan un rango de pesos (es decir, el baremo de pesos que podemos lanzar con esa caña). De acuerdo con el sistema métrico europeo, vienen expresadas en gramos, pero existen modelos que lo expresan en onzas, en cuyo caso conviene saber que una onza equivale a 28,349 g. (aunque, para simplificar, podemos multiplicar por 30).

Por eso las cañas para esta modalidad de pesca resultan enormemente resistentes, con la finalidad de soportar los grandes pesos de algunas piezas que en alguna ocasión tendremos oportunidad de levantar.

Pero esta resistencia no puede estar, en ningún caso, en contra de la flexibilidad; tanto es así que cualquier experto le dirá que resulta imprescindible que la caña que utilicemos en el Surfcasting pueda flexionarse en toda su longitud.

ACCIÓN
Tal y como hemos señalado, la medida más utilizada en España es la de 4,5 metros, y con una acción de 100 - 200 gramos. Esto es debido a que es el modelo más versátil y que mejor se adapta a cualquier condición de pesca.

A la hora de seleccionar la acción de nuestra caña, deberemos decantarnos entre tres opciones diferentes:

  • Acción de punta (fast): aquella en la que trabajan sólo las partes finales de la caña, es decir, la punta. Este tipo de acción exige una reacción muy rápida, lo que supone un clavado inmediato y preciso. Por todo ello resulta adecuada para lances muy largos y para pescadores que cuentan con una técnica bastante depurada para obtener un buen rendimiento de la caña.
  • Acción media (moderate): aquella de talón firme y parte media de curva progresiva. Son, quizás, las más corrientes por ser adecuada para cualquier tipo de distancia de lance.
  • Acción parabólica (slow): desde el talón la caña se va curvando de manera progresiva en una flexión homogénea. Se trata de un tipo de cañas que trabajan en toda su longitud; permitiendo lanzar plomos de pequeño tamaño a distancias más que aceptables. Requiere que el pescador actúe con cierta anticipación con respecto al momento de la picada, puesto que presenta cierto retraso en el clavado. Es una buena acción para distancias medias, ya que requiere un mínimo esfuerzo para lanzar. Por todo ello resulta sin duda la más adecuada para pescadores noveles.
  • Acción repartición (RIP): este tipo de acción es la preferida por los pescadores más modernos o técnicos. Este tipo de cañas están dotadas de una acción “nerviosa”, resultando realmente complicado controlarlas, por lo que están totalmente vetadas para pescadores principiantes.
ANILLAS
De nada vale comprar la mejor de las cañas de surfcasting si el anillado no es el correcto. Y es que quizás sea esta parte de la caña la que más ha evolucionado con el paso de los años: desde las antiguas anillas de metal, pasando por las de porcelana, las de óxido de aluminio...

Una de las obsesiones de los fabricantes es la de encontrar un material adecuado para la elaboración de anillas resistentes y a la vez ligeras. Así se han realizado experimentos con materiales como el carburo de tungsteno (“wolframio”), un material de dureza similar a la del diamante pero con la desventaja de tener tendencia a la corrosión; también se han desarrollado interesantes derivaciones del cromo, que no han terminado de resultar válidas por oxidarse.

Actualmente la tendencia del mercado es hacia las anillas llamadas monopuente o globo y de cerámica SIC, también conocidas como de rozamiento "0".

Es recomendable que estas anillas sean de gran tamaño, con el fin de que faciliten el paso del hilo, sin imponerle ningún tipo de resistencia.

CRITEROS BÁSICOS DE ELECCIÓN
Resumiendo todo lo anterior en unos cuantos puntos podríamos hablar de unos criterios básicos de elección de nuestra caña de surfcasting:

  • Los pescadores que se están iniciando deberían optar por una caña de tres tramos de acción media.
  • Los pescadores más técnicos disfrutarán más con una caña de dos tramos.
  • En caso de que seas una persona corpulenta y si estás en buena forma física, opta por cañas más largas.
  • Si vas a pescar en una playa de mar muy batida, de grandes olas, también se recomienda que utilices cañas largas.
  • La puntera: si pescas en playas tranquilas, puedes elegir una puntera híbrida, para playas más turbulentas, es preferible una puntera dura.
  • En la elección de la punta también influye la especie que deseemos capturar: para peces de talla media y “recelosos” conviene una puntera híbrida.
  • Ten en cuenta que es importante que la caña sea de buena calidad, pero es mucho más importante que se ajuste a la perfección a nuestras características y necesidades. En este sentido conviene saber que existen modelos que incorporan contrapesos para equilibrarla la caña a nuestro gusto.
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