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¿Cómo se consigue una clavada efectiva?

viernes, 18 de noviembre de 2011


La clavada, como bien sabemos, no siempre se produce sola por la propia acción del pez al tomar nuestro cebo. De ahí que generalmente debamos actuar con rapidez y cierta destreza si queremos disfrutar de un mayor número de lances.Una buena clavada es decisiva en la consecución de la captura, parece sencillo pero no siempre lo es...

No caigamos en la tentación de pensar que clavar el anzuelo es simplemente pegar un tirón fuerte a la línea. A medida que crecemos técnicamente vamos comprendiendo que esa, en teoría, simple acción, tiene variantes y adaptaciones para cada tipo de pesca. Un pescador avanzado ajusta su clavada a las circunstancias presentes en la jornada de pesca. En este artículo intentaremos despejarlas.

El anzuelo adecuado y afilado
Para conseguir una buena clavada tenemos que tener en cuenta un primer elemento: El anzuelo.

Elegir correctamente el anzuelo, basando nuestra elección en el tipo de pez que estamos buscando tiene un gran impacto en el porcentaje de acierto a la hora de clavar la pieza. Además de esto no debemos de escatimar esfuerzos a la hora de adquirir los mejores anzuelos que tengamos disponibles, si lo pensamos bien realmente es la pieza clave de nuestro equipo...

Un anzuelo bien afilado es el primer paso para garantizar la captura.Para esto debemos llevar siempre un poco de lija o piedra de afilar para tener siempre a punto nuestros anzuelos (Mejor si lo hacemos en casa). Un pequeño truco para saber si tenemos nuestros anzuelos afilados es el siguiente: Deslizaremos la punta por la uña de un dedo, si la punta se desliza es hora de afilarlo, si la punta se frena, porque se clava en la uña, está a punto.

El segundo aspecto clave es usar un anzuelo fino ya que éstos penetran más fácilmente. Una vez introducida la aguda punta del anzuelo, la profundidad de la clavada vendrá dada por este factor.

La tercera cuestión clave es la rebaba o muerte del anzuelo. Su efecto, es similar al grosor del alambre. Cuánto más grande la rebaba, más gruesa la sección de anzuelo que hay que penetrar en la boca, por lo que será menos efectivo para clavar. No entraremos aquí en la eterna discusión sobre si mantener la rebaba o quitarla del anzuelo favorece o perjudica la retención del pez clavado, simplemente nos quedaremos con lo mencionado con respecto al momento de la clavada.

Finalmente, con relación al anzuelo, tenemos que mencionar su diseño, entendiendo por esto la forma de la curva, largo de la pata y la punta, ojal o pata, etc. En esto no hay posibilidad de definir axiomas sino hay que probar los anzuelos que se indican para cada tipo de pesca, sacando las propias conclusiones basadas en nuestra experiencia y en el tipo de especies que reinan en la zona, atendiendo que, por maximizar una función del anzuelo, clavar, no se descuiden otras como retener el pez durante la pelea.

¿Cómo se consigue una clavada efectiva?
Que un pez tome nuestro cebo no asegura nada, ni siquiera cuando el anzuelo se ha clavado tenemos la seguridad de capturar la pieza, por eso es prioritario intentar clavar de forma efectiva para que por mucho que batalle el pez, logremos sacarlo del agua.

Para muchos pescadores este es un acto que se da por hecho, se piensa que el anzuelo se clava solo y que nuestra única misión es el combate eficaz con la pieza. Incluso hay muchos que sostienen que siempre es mucho mejor dejar que el pez se clave solo y dejarnos de tanto clavar nosotros pero esto no es del todo cierto...

Que el pez se clave "solo" ocurre algunas veces en que por circunstancias, el anzuelo se clava por si sólo por así decirlo, pero en otras ocasiones lo que ocurre es que sólo se clava la punta por haber dado en tejido duro o hueso. Otras veces el pez muerde el cebo con fuerza y mantiene la boca cerrada por lo que el anzuelo no se ha clavado etc... Sólo nuestro tirón producirá la clavada efectiva.

Para clavar la pieza sólo hacen falta dos cosas: esperar (o darnos cuenta del instante adecuado) y ejercer el movimiento correcto con tiento y tensión suficiente, y estas dos acciones que parecen sencillas se convierten a menudo en verdaderos instantes cargados de tensión y adrenalina ya que una décima de adelanto o retraso, un tirón escaso o pasado de fuerza etc harán que perdamos la deseada pieza.

Podríamos decir sin temor a equivocarnos que la clave es probar y probar, de dar ligeros "cachetes" con la caña de corcheo a dar esos tironazos que a veces vemos a pescadores de surfcasting hay toda una gama que hay que administrar con cálculo casi científico.

Algunos consejos generales para clavar correctamente
Veamos ahora algunos consejos para mejorar el porcentaje de peces capturados con relación a las picadas en nuestro aparejo. Clavar correctamente sólo se consigue a base de práctica y de aprender de cada acierto y cada fallo, no perdamos la ocasión de entrenar con lisas, bogas o minitallas.

La clavada ideal sería definida como aquella en que la punta del anzuelo logre penetrar el tejido del pez de tal forma que el gancho inverso o muerte logre sujeción adecuada a través de los minutos de pelea sin que el anzuelo logre salirse de posición, asegurando la pieza para el pescador.

Durante nuestras jornadas de pesca debemos tener en cuenta a la hora de actuar un factor importante: Si pescamos con cebo vivo o artificial.

En el caso de artificiales nuestra reacción deberá ser mas rápida. El pez notará el engaño más rápidamente y tratará de escupir el señuelo.

En la pesca con cebo vivo o natural, nuestra reacción será mas pausada. Debemos esperar a que el pez haya introducido en su boca el cebo para proceder de forma contundente a dar el tirón con nuestra caña.

Actuar con tibieza o a destiempo hará que el anzuelo no penetre lo suficiente y el pez se escape al cabo de pocos segundos o minutos.

Si pescamos con la caña en la mano, la punta de la misma estará siempre lo mas baja posible para así poder tener una reacción mas larga y eficaz.

En fondos profundos de roca debemos realizar una acción de clavado prolongada y después recoger sin parar, si no hemos clavado recuperaremos el aparejo hasta llegar a nosotros ya que lo dejamos caer de nuevo al fondo se multiplica el riesgo de enrocar.

Un terminal en derivación clava mejor si el anzuelo está bien dispuesto, el pequeño freno que produce el plomo hace ya que el anzuelo apunte en la boca del pez, y si éste tira al notar el peso y acelerar la huida se clava, todo resuelto, de no ser así debemos ser nosotros quienes ejerzamos la tensión al notar el repiqueteo suave en el puntero o un leve cabeceo.

Técnica de los tirones repetitivos:
Consiste en la acción fuerte y repetitiva en un rango de 2 a 5 veces utilizando la acción de la caña adelante y atrás hasta conseguir que el anzuelo penetre en profundidad. Esta técnica tiene sus detractores que piensan que al hacerlo perdemos tensión y se producen fugas.

Haremos la técnica de los tirones dependiendo el pez que intentemos clavar, es muy sencillo, no todos los peces tienen la misma dureza de boca, pues sabemos que hay una gran variedad de peces como herreras, jureles, estorninos y caballas, chopas, etc... que tienen la boca frágil y si damos tirones repetitivos o bien le rajamos la misma o simplemente haremos un “ojal” alrededor del anzuelo y este se sale de la boca. Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de acero o carbono que contiene el anzuelo, pues la dureza de un anzuelo significa muchas veces su rotura, es decir se parte por la curva tras varios tirones se puede partir a no ser flexible.

La técnica en si es muy aconsejable siempre y cuando sepamos a qué nos enfrentamos y no es muy aconsejable para la pesca en la modalidad de surfcasting ya que si hacemos esta técnica corremos el riesgo de romper el nudo de unión de la línea a la cola de rata, en esta modalidad de pesca confiaremos en la acción de la caña y en la maestría de cada pescador.

Técnica de la tensión constante
Actuamos de la siguiente forma. Se da el tirón y se mantiene la mayor tensión que da nuestro equipo durante el mayor tiempo posible, de esta forma se logra hacer penetrar bien el anzuelo la mayoría de las veces. La explicación es muy simple. Si con nuestro equipo logramos aplicar una fuerza de 5 Kg. en la punta del anzuelo sobre una superficie lo suficientemente dura, pero solo lo hacemos por unos segundos y luego aflojamos la tensión, la punta solo penetrará un poco. Al menor movimiento del pez, por la propia forma cónica o piramidal de la punta, esta tenderá a retroceder. Podemos reiterar el cañazo pero puede volver a pasar lo mismo. Por lo contrario si la fuerza es constante el anzuelo se sigue hundiendo y si logramos pasar la rebaba ya no se desclavará. Inclusive si el anzuelo es sin muerte (sin rebaba), al superar la punta, difícilmente tienda a retroceder

Técnica del golpe de motor
Hablamos aquí de la forma de clavar un gran depredador al Curricán ( Tiburón, Atún...):
Una vez que la "chicharra" del carrete empieza a sonar, debe realizarse una maniobra de clavada conjunta, entre el contramaestre (el responsable de las cañas, montaje de los señuelos y buena navegación de los mismos), y el patrón, que está a los mandos del barco: El patrón debe acelerar los motores al máximo por un período no inferior a los cinco segundos. Mientras, el contramaestre debe llevar el freno del carrete hasta el primer "Strike", y aflojarlo en el momento que el patrón empieza a quitar máquina. De esta forma, se obtiene una clavada completa, con unos efectos similares a los que se obtendría dando un "Cachetón" a un pescado de ocho o diez kilos. Naturalmente, esta técnica sólo se emplea con piezas que superan los 50 kg. Con piezas menores, lo único que conseguiremos, con éste método, será hacerlas"volar" fuera del agua y destrozarles la boca.

Como siempre, todos estos consejos sirven como guía pero no pueden reemplazar a la práctica. En este sentido, en tu próxima salida de pesca, pesque conscientemente y analiza tu clavada a la luz de estos factores. Seguro que encuentras algún aspecto en el que puedes hacer pruebas y mejorar.

Diez consejos para la pesca del sargo a surfcasting

viernes, 4 de noviembre de 2011



Desde luego nosotros vamos buscando los sargos grandes ¿no? Esperamos que estos consejos sirvan de ayuda para capturar grandes sargos en la playa, cualquier otro consejo que nos dejéis será bienvenido ; )

Si queremos plantear una jornada de surfcasting con el sargo como objetivo principal, deberemos de adecuar la pesca a las condiciones del puesto y sobre todo de la mar. Para buscar con éxito a una especie que en función de las condiciones climáticas variará su comportamiento radicalmente tendremos que leer correctamente el mar.

Además hay que tener presente que los sargos son, dentro de la familia de los espáridos, uno de los miembros cuyo carácter es más receloso, y a medida que ganan en tamaño y edad también lo hacen en astucia,algo que deberemos tener muy presente para conseguir su captura.

1. ¿Por dónde anda el Sargo?
Es fundamental conocer bien el comportamiento del sargo. Gustan de alimentarse a media profundidad en los rompientes, en las proximidades de las rocas o muelles y cerca del fondo con aguas claras y tranquilas así como en zonas de playa sobre todo de fondos mixtos. Esto es fácil de deducir ya que será aquí donde encuentren el alimento con mayor facilidad, porque de noche se vuelven más confiados y prefieren adentrarse en aguas tranquilas como las de los puertos o rías o el mismo rebalaje de las playas. De estas primeras impresiones podemos concluir que de poco nos va a servir montar un aparejo que pesque a medias aguas con la mar como una balsa de aceite y clara, pues salvo que sea de noche, momento en que el sargo es más confiado en su alimentación, éste no subirá si es de talla, si bien lo harán confiados los alevines de esta especie que como es lógico no serán nuestro objetivo. Así pues deberemos presentarles el cebo a la profundidad a la cual lo tomarán confiados.

2.Un ojo al mar sarguero
Si salimos de casa con el equipo y la idea de ir a pescar sargos a una zona, y cuando nos asomamos a la puesta vemos para nuestra desesperación que el mar está como un plato y que no hay ni el más mínimo espumero, de nada nos valdrá obstinarnos en querer pescar por ejemplo sargos a boya. Será más aconsejable cambiar de postura buscando una zona más batida o bien orientar nuestra jornada a otras especies con las que sin duda ese día tendremos más éxito, como los lábridos (maragotas, julias serránidos), salmonetes, peces planos, etc…

3. El tono del agua
El color de las aguas para muchos pescadores pasa desapercibido. en apariencia parecería no tener mayor influencia pero sí la tiene hasta el punto de que con un cambio apropiado de cebo los resultados cambiarán drásticamente. Muchos pescadores cuando van a pescar llevan sólo un tipo de cebo y cuando buscamos especies como el sargo, que gusta de comer variedad, deberemos poner mas atención en la elección. Como ya comentamos en otro post, es bueno llevar varios cebos distintos.

Por ejemplo: vamos a pescar a una zona de rompiente ideal para el sargo, llegamos y la mar está fuerte: de nada nos servirá poner en esta circunstancia filete de sardina, ya que al poco de caer en el agua con el oleaje nos quedaremos sin él, o bien poner gamba sin salar o mejillón sin atar con hilo elástico. En estas circunstancias lo mejor será optar por cebos duros como el calamar en tiras o los cangrejos.

Otro ejemplo es el pescar en un puerto con la mar muy turbia debido a las marejadas de días anteriores. En estas condiciones lo adecuado será elegir cebos olorosos, ya que los sargos y otras especies con mar muy revuelta tendrán que dejarse orientar por el sentido del olfato, el que sin duda tienen muy desarrollado. Por ello primará en la elección el poder atrayente de nuestro cebo mediante el olor, y lo mejor será sin duda el filete de sardina o el mejillón, pues las aguas están más tranquilas.

4. Cuidado con el viento
Se dice que el viento es el peor enemigo del pescador de caña... Para algunas modalidades como la pesca al tiento con cañas de puntera fina puede ser muy mala porque el poco peso de la caña junto con su longitud nos hará que tengamos que asegurarlas en todo momento, además del movimiento que dará el viento a la puntera evitando que podamos detectar bien las picadas. Si pescamos a fondo tal vez nos afecte algo menos, aunque las picadas se notarán peor, y debemos tener presente que si estamos en playas artificiales o de arena muy fina nos será muy engorroso ya que nos llenaremos de ésta al igual que nuestros equipos.

Lo peor es para la pesca a boya, pues nos puede hacer insoportable aguantar la fuerza que el viento ejerce sobre la caña y ésta sobre la mano. De estas apreciaciones se deduce que en los días de viento, si nuestro puesto está muy expuesto, lo mejor sería cambiar de ubicación a otro no tan bueno en apariencia pero que nos permita pescar cómodos y detectar bien las picadas.

5. Los aparejos
Muchos pescadores llevan aparejos para pescar sargos que no son los más apropiados. Si ponemos un plomo mucho más pesado de lo necesario para las circunstancias de mar restaremos naturalidad al cebo y más vale pecar por falta que por exceso. La longitud de nuestros terminales será determinante para que éstos doten al cebo de un movimiento atrayente, aunque con mucha mar una colada muy larga o un ramal muy extenso pueden hacer que se líe en exceso. Aquí la experiencia rápidamente nos hará ver el largo de la colada apropiado a cada circunstancia. Como casi siempre el mejor consejo es probar y probar y extraer nuestras propias conclusiones.

Otro error muy difundido es el grosor de las líneas empleadas en el aparejo. Éstas deberán tener el diámetro acorde con el lugar, las circunstancias del momento, etc. Si nuestra postura está a 5 metros del mar y tenemos que remontar los sargos hasta nosotros, no podemos afinar tanto como si podemos cogerlos directamente o meterlos en un salabre, del mismo modo que no podemos afinar si estamos en una zona de bloques o de rocas que nos roce con frecuencia nuestro aparejo pues éste partirá.

Otra norma a seguir es la de aumentar notablemente el diámetro de la línea a emplear durante la noche, pues es más fácil conseguir grandes ejemplares. Los trabajaremos con más dificultad por la ausencia de luz y además estarán más confiados al tomar los cebos.

Los anzuelos también deberán ponerse en función del cebo y la modalidad empleada. Si pescamos con quisquilla a boya, deberá ser recto y bien afilado de buen tamaño, para enganchar al mínimo toque rápido. Si pescamos a fondo con chipirón mejor que sea de los denominados de pico de loro para permitir que lo engullan sin que noten nada raro que les haga recelar y soltar el cebo.

6. Cebos apropiados para pescar sargos
Los cebos, salvo aquellos que han probado su efectividad sobrada en todo tipo de escenarios tras esta especie, como el caso de la gamba pelada y salada, el mejillón o bien el filete de sardina salado, serán los que estén presentes con más o menos frecuencia en el escenario de pesca. En ocasiones me ha ocurrido no tener cebo apropiado para la pesca de sargos, pero si observamos en nuestro puesto de pesca según cómo esté la marea, podremos hacer acopio de diversos tipos. Algunos muy efectivos, como mejillones, quisquillas, sapas, cangrejillos...que nos darán en más de una ocasión grandes satisfacciones.
7. El tamaño es relativo
Los sargos pueden ser grandes, en casos excepcionales pueden llegar a los cinco kilos, pero lo normal es que uno de kilo o kilo y medio sea una buena captura e incluso menores. Si queremos disfrutar con su pesca deberemos utilizar los equipos más ligeros que las modalidades y las zonas de pesca nos permitan. Por ejemplo, pescar en un acantilado con una caña de las utilizadas para la pesca de la trucha a mosca es algo descabellado, pero en un puerto no, y nos permite disfrutar incluso con capturas de cuarto de kilo si el equipo es bien ligero. Un error muy difundido es el utilizar equipos demasiado pesados en condiciones que no precisan de ello, así lo que conseguiremos será disfrutar menos de nuestras capturas.

8. Atentos a las mareas
En aguas atlánticas como es nuestro caso la marea es de gran importancia. Tal vez en lugares determinados coman en bajamar, pero lo normal es que entren a nuestras posturas con la subida de la marea pues ésta les permitirá acercarse a los percebes, los cangrejos o simplemente cubrirá las zonas donde las arenícolas habitan. Por tanto estas horas de pleamar o marea alta serán en las que deberemos centrarnos, pero también las primeras horas de bajada después de la pleamar serán buenas porque arrastrarán los alimentos que hayan descubierto las olas a zonas más profundas mar adentro.

Deberemos hacer coincidir nuestras jornadas de pesca con las horas de la subida de la marea o las primeras de la bajada, o bien buscar aquellas zonas que son susceptibles de haber sido cebadas de forma natural por la pleamar y donde se acumulen los seres que la marea arrastro en su bajada, tales como puntas de roca a la salida de una playa, desembocaduras, etc…

9. Sin asustarlos
Es habitual que el sargo se mueva y se alimente en bancos. Si cebamos las aguas y atraemos a un buen grupo es una pena que por una maniobra torpe o acelerada se pierda la postura de pesca. Por maniobra torpe entiendo que un sargo se nos suelte por el aire y se golpee contra las rocas en su caída dejando caer escamas al agua tras golpearse, o plomazos ruidosos e innecesarios sobre la zona cebada. La sutileza será nuestra mejor aliada sobre todo en modalidades como la pesca a boya o al tiento, donde pocos metros nos separan del sargo. Una solución por ejemplo sería si la puesta de pesca es mala para remontar las capturas llevarlas prendidas a una zona donde podamos cobrarlas mejor.

10. Cebado para que haya peces
El cebado de la puesta es una parte muy importante para que una jornada de pesca sea buena. Si todas las condiciones son las idóneas un buen cebado a veces es la diferencia entre una jornada exitosa y una no tanto. Algunos pescadores expertos en la pesca a corcho del norte de España llevan dentro de la cesta de pesca una naranja; no es broma saber cómo actúan las corrientes de nuestra puesta y es importante para adivinar hacia dónde se moverá nuestro macizo y así saber por dónde nos entrarán los sargos o simplemente comerán el cebo que arrojemos al agua. Esto es aplicable a un rompiente o un puerto -claro está que en una playa no es efectiva-, pero en estas zonas algunas indicaciones nos pueden dar señales acerca de dónde estarán los sargos. La observación en este caso será nuestra mejor aliada; por ejemplo en aquellas playas con arena fina propias de oleajes fuertes las zonas donde rompen y forman nubecillas de arena serán las más propicias para poner nuestro cebo, así como en las playas de fuerte pendiente la zona anterior al escalón donde levanta la cresta de la ola.
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