En la entrada anterior
intentamos entender algunos de los factores por los que los peces
muestran más o menos actividad, repasando algunos conceptos clave
como el mejor momento del día para pescar, la influencia de la luna
o la correcta presentación del cebo.
Muy bien, sabemos los
horarios y costumbres de la especie que buscamos; los respetamos y
seguimos al dedillo.
Acudimos a la playa donde
tanto picaron por última vez.
Preparamos el más
suculento de los cebos, fresco, con el tamaño ideal y perfectamente
presentado en un anzuelo impecable.
La situación es
perfecta: el clima, la marea… y sin embargo ¡ni una picada!; ¿cómo
puede pasar esto?, ¿qué está sucediendo?
Algunas respuestas pueden
ser: