Buscando Sargos y doradas
en el arenal.
La primavera esta
llegando a su fin, y con la llegada de las buenas temperaturas nos
animamos a practicar un poco de surfcasting en las playas todavía
vacías, un momento ideal para tantear a los siempre presentes sargos
y a las doradas, no tan habituales por nuestras latitudes pero objeto
de deseo del pescador deportivo.
Foto: Merche Sanz (Ver galería) |
¿QUÉ CEBOS FUNCIONAN
MEJOR ?
Probablemente la clave
principal en el éxito o fracaso de nuestra jornada de surfcasting es
acertar con el cebo adecuado. Éste lo debemos seleccionar según las
condiciones del día (mar, viento, mareas etc), procuraremos
llevaremos un poco de todo, o al menos un cebo duro y otro blando
optando así a las distintas especies que queremos pescar, pero
siempre teniendo presente que nuestro objetivo es la pesca de
espáridos, principalmente sargos y doradas. Por lo que usaremos
aquellos cebos que a priori son alimentos presentes en su dieta
habitual.
Así no deben faltar en
nuestra nevera de cebos algún tipo de gusano (americana, coreana o
el infalible “xorrón”) y luego uno o dos cebos duros que
elegiremos en función de resultados previos en la playa a la que
vayamos como pueden ser la tita, sepia, pata de pulpo, e incluso
algún cangrejo o navajas si las hay en la zona (Estos dos últimos
cebos son letales para la dorada)
Los espáridos en muchas
ocasiones son peces esquivos y, según cuál, más difíciles o
fáciles de engañar. A veces son difíciles de encontrar y hacen
complicada su pesca. En unas ocasiones, caprichosos con la comida, y
en otras de lo más carroñeros. Así que vamos a ver algunos
pequeños consjeos para hacernos con éstos desde la costa con
equipos de surfcasting y centrándonos en las horas de poca luz o
incluso de noche.
LA DISTANCIA ADECUADA
¿Dónde buscamos: Lejos,
cerca o a ambas distancias? Localizar la distancia adecuada en la
pesca a surfcasting es todo un arte, nunca vamos a saber
exactamente, y esto es en parte lo que engancha de la pesca, a qué
altura está comiendo el pescado. Lo cierto es que a pesar de que
nos obsesionamos con lanzar lo más lejos que nuestro equipo alcance,
buscar los peces lo más lejos posible es un error muy habitual ya
que en no pocas ocasiones clavamos sargos y doradas prácticamente en
la misma orilla por lo que no debemos descartar la zona de espuma en
los primeros 30 o 40 metros de agua. ¡Nos llevaremos más de una
sorpresa!
Si llevamos dos cañas,
algo muy recomendable por no decir imprescindible cuando pescamos en
la playa ¿por qué no probamos más cerca? Esto que parece de
sentido común realmente no lo es ¿verdad que siempre intentamos
lanzar más y más lejos una y otra vez?
Por ejemplo, en la última
rompiente. Ahí no sólo hay lubinas, sino también sargos y doradas
obteniendo comida fácil por la extracción a través de las olas.
También podemos buscar a poca profundidad en las desembocaduras de
agua dulce, en las escolleras y en los puertos por muy quemados que
estén.
Un factor muy importante
en la pesca a surfcasting es jugar con el cebo dependiendo de la
distancia a la cual estemos calando líneas. Podemos hacerlo con los
cebos blandos tipo gusanos buscando muy cerca o muy lejos e
intentando engañar a las desconfiadas doradas que se sitúan al
límite de lo que nuestros equipos pueden alcanzar.
Por su parte, están los
cebos duros como el cangrejo o la navaja que suelen funcionar mejor
lanzados lo más lejos posible.
Y por último, tenemos
los cefalópodos como el calamar, el pulpo o la sepia. Son cebos que
nos permiten hacer las jugadas como queramos. Es decir, podemos
efectuar lances de lo más potentes sin perjudicar la carnada al
igual que podemos calar dichos cebos a 15 m de la orilla buscando esa
lubina que se arrima hasta quedarse prácticamente sin agua.
¿SOBRE QUÉ FONDO
PESCAMOS?
Cuando hablamos de fondo
nos referimos a los dos sentidos, es decir, sobre qué tipo de fondo
vamos a pescar durante nuestra jornada de surfcasting y a qué
profundidad vamos a hacerlo. Así como las doradas tienen por
costumbres los grandes arenales, limpios y cristalinos, hay otros
como pueden ser los grandes sargos, brecas, chopas o dentones, con
los que sin alguna piedra o posidonia será muy complicado hacernos.
Los sargos y doradas son
especies que podemos encontrar en fondos de arena con profundidad
mínima de 1 m y máxima de 6 m, ya que ir más al fondo desde una
playa es prácticamente imposible.
Foto: Sisurko (ver galería) |
LA IMPORTANCIA DEL SEDAL
Normalmente a los
espáridos les gusta pasearse por las zonas más profundas del
arenal, lo que nos obligará a llevar equipos que nos permitan
alcanzar dicha distancia. La barrera de los 100-150 m con una
profundidad mínima de 2 m, suele ser apta para coger todo tipo de
miembros de la familia, ya sean doradas, sargos o besugos.
Procuraremos, como
siempre, utilizar un bobinado fino, arriesgando así las capturas más
grandes pero incrementando las posibilidades de recibir más picadas
al pasar nuestros “engaños” más desapercibidos.
Los espáridos saben
mucho y tenemos que pescar de la manera más discreta posible para
que tomen confiados nuestro cebo. Cuanto más fino pesquemos, más
capturas obtendremos. Siempre dependiendo del tipo de fondo nuestro
carrete irá bobinado con un diámetro u otro, pero no deben faltar
desde 0,18 (muy arriesgado en el Cantábrico) hasta los 0,22 mm (más
habitual por estas latitudes siempre que el “mar” nos lo permita)
Si pescamos desde espigones, escolleras o acantilados cuyos fondos
están compuestos por piedras, trabajaremos con un 0,35 y sin puente
de línea.
Y por último, en lo que
a la gameta se refiere, trabajaremos con diámetros finos siempre
dependiendo del estado de las aguas. Cuanto más sucias estén, más
gruesa podrá ser nuestra gameta, aprovechando así la poca
visibilidad de los peces. Y cuanto más cristalinas, más fino,
siempre sin sobrepasar el abanico que va de los 0,22 a los 0,40 mm de
diámetro, ya que si son más gruesos delatarán nuestro engaño.
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