Una técnica de lance
correcta aprovecha la estructura y la fuerza del cuerpo humano al
cien por cien, mientras que un mal lanzamiento malgasta nuestra
energía y puede llegar a provocarnos molestias y lesiones.
Por eso en este artículo
vamos a analizar las claves a seguir para conseguir una técnica
fluida con la que alcanzar distancias impensables con un esfuerzo
mínimo.
Poseer una depurada
técnica de lance no sólo sirve para ser el que más lanza de la
playa. Aparte de la distancia, también es importante dominar la
dirección del lance para "clavar" la lanzada en donde
suponemos que abundan los peces.
Tipos de lance más extendidos
Lance
por encima de la cabeza: El más visto en nuestras costas. Con él
se puede tener fácilmente un buen control sobre la dirección del
lance, pero para "sacar" mucha cantidad de metros con este
estilo es necesario tener un buen poderío físico y una gran
envergadura. Es un lance de precisión, si bien con una buena
práctica se logra alcanzar distancias superiores a los 80 metros.
Nos
situamos mirando al mar con la caña sobre nuestra cabeza y en
posición horizontal. Debemos posicionarnos con una ligera flexión
de piernas y una de ellas adelantada, si se es diestro se tomará la
empuñadura con la mano izquierda y la derecha junto al carrete
originando el mayor ángulo posible entre ambas manos, y únicamente
con el movimiento de los brazos se lanzará.Con un movimiento brusco
realizaremos el lance y trataremos de frenar el movimiento de forma
seca para imprimir más fuerza a la caña, con un ángulo aproximado
de 45º con el mar. Se puede realizar parado o en movimiento. El
plomo no deberá colgar por detrás más que lo necesario.
Para
una persona con una capacidad física normal, lanzar continuamente de
esta forma supone un desgaste importante, lo que lleva a a ir
perdiendo metros gradualmente a medida que pasa el tiempo y a acabar
con un buen dolor de espalda. Por lo tanto solo es aconsejable usar
este tipo de lance para pescar a corta o media distancia.
Este
tipo de lance es el más recomendado para utilizarlo cuando estemos
en compañia de otros pescadores cercanos,o bien de noche, para saber
exactamente donde vamos a colocar el plomo,evitando asi cruces de
líneas con otras cañas.
Lance off the ground:
El lance es lateral y ahora sí
aprovechamos toda la fuerza del cuerpo, minimizando el esfuerzo y
maximizando la distancia alcanzada. Básicamente consiste en apoyar
la plomada en el suelo, y desde allí, describir un semicírculo
hasta la posición en la que soltamos la línea.
El
plomo apoyado en la arena en la misma línea de la caña. Realizamos
el giro de forma coordinada y llevamos la caña hacia arriba para al
fin frenarla en seco en un ángulo mayor que con el lance
tradicional. El recorrido es muy largo y la caña se carga
considerablemente, con lo que el plomo sale disparado a una gran
velocidad.
El lance pendular:
Acaba igual que el lance off
the ground pero el plomo nunca se apoya en el suelo, sino que parte
de una posición aérea a la que hemos llegado tras balancear varias
veces el drop (porción de línea que cuelga desde la punta de la
caña a la plomada.
Nos
situamos de espaldas al mar con la caña vertical, un poco inclinada
hacia delante. Haremos oscilar el plomo, de ahí su nombre, y cuando
el plomo esté en el final del movimiento a nuestra espaldas, debemos
girar la caña de forma coordinada con el movimiento del cuerpo para
dirigir el plomo hacia el mar. También, como en cualquier técnica,
pararemos la caña de forma seca para liberar toda la energía de
golpe. Se necesitarán cañas algo rígidas para realizar este lance.
Estos
dos estilos son los más aconsejables para lograr la máxima
distancia, aunque aquí vamos a detallar las claves comunes a
cualquier lance técnico.
Aprovechar todo el cuerpo
Lo
lógico es empujar con cuerpo, piernas y brazos. De esta forma
podemos mover mucho más peso con menos esfuerzo. Los jugadores de
golf y de tenis, por ejemplo, aplican este mismo principio, golpear
aprovechando todo el cuerpo. Por esta razón, el consejo más
importante de este artículo es olvidarse de los brazos, dejarlos
quietos...
El
proceso de cargar la caña es lateral, por lo que posicionamos las
piernas de lado hacia la dirección del lance. Con las piernas
quietas y ligeramente flexionadas, giramos la línea imaginaria que
une nuestros hombros en dirección contraria al lance.
Lo
que estamos haciendo es girando nuestra cintura como si fuera un
tornillo para que, al cargar la caña, ésta describa una curva con
el movimiento del tronco. Los brazos han de estar lo más estirados
posible para que la circunferencia descrita sea lo más amplia
posible, y sólo en el último momento entran en juego empujando con
la derecha y tirando con la izquierda (para un diestro). Es
exactamente lo mismo que el swing en el golf, donde el golpe se da
con un giro de cintura. Se puede entrenar este gesto sin una caña,
tomando un palo de madera imitando nuestra caña. Con los pies
anclados al suelo, giramos el tronco en dirección opuesta al golpe.
El peso del cuerpo recaerá primero sobre la pierna derecha y, cuando
descargamos el golpe, pasará a la izquierda.
A
pesar de todo, resulta innegable que para los lances extremos también
necesitaremos algo de fuerza bruta y violencia...pero controlada.
Cuanto más fuerte sea el giro del cuerpo, más poderosa será la
carga de la caña. Y es que al final es una cuestión de fuerza, por
supuesto, pero de una fuerza desarrollada por algo más poderoso que
los brazos: Las piernas, la cintura y el tronco.
El material
Para conseguir lances más
largos es importante disminuir el diámetro de la línea ya que con
ello el rozamiento con el aire y las anillas disminuye. Con mar
favorable se llegan a usar líneas de 0.12 mm para arañar esos
metros que nos pueden dar capturas.
Para evitar partir al
realizar el lance se usan puentes. Éstos consisten en una línea
cónica de unos 15 metros que aumenta su diámetro progresivamente,
desde el diámetro aproximado de nuestra línea hasta 0.55 mm. La
parte gruesa es la encargada de soportar la tensión del lance.
También
existen las llamadas colas de rata que consisten en bobinas de unos
250 metros cuyos últimos metros se engrosan hasta llegar a 0.50 mm.
Con ellas evitamos el nudo que siempre es punto de flaqueza. Su
principal inconveniente es su precio, mucho más elevado que los
anteriores.
Sin embargo suele
ocurrir que cuando cambiamos el palo de madera por la caña nos
cortamos. Hay algo en nuestro subconsciente que a veces nos hace
echar el freno por miedo a romper la caña, la línea, etc..
Respecto
a la caña, debe ser de carbono y de acción lenta o total. En cuanto
a la longitud ideal estará entorno a los 4.20 o 4.50 metros. El
carrete debe ser específico de surfcasting, sobredimensionado y con
la bobina de hilo cargada a tope. Es conveniente que todo el material
esté engrasado (anillas, hilo y carrete)
El
plomo debe estar a corde con la caña, siendo los de 100, 113 gramos
pesos habituales. Procuraremos que sean aérodinamicos para arañar
unos metros más si las condiciones del pesquero lo permiten.
Por
último no debemos pasar por alto otro aspecto también muy
importante: El ángulo de lanzamiento. Esto es algo que se
suele descuidar mucho, y si no fijémonos desde la distancia en los
lances de los compañeros de pesca. Solemos pecar de lanzamientos
bajos cuando todos sabemos que sería óptimo lograr unos 45º (sin
viento). Para subir unos grados, la fórmula es fijar la vista en un
objetivo situado en el cielo (bien alto) en la dirección del lance,
no en la zona de mar donde queremos que entre el plomo.
buena explicación un artículo recomendado para todos
ResponderEliminarMuchas gracias Juanmma ; )
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