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Buscando Sargos y doradas en el arenal

miércoles, 16 de enero de 2013


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Vamos a repasar algunas claves para la pesca de sargos y doradas a surfcasting

¿QUÉ CEBOS FUNCIONAN MEJOR?
Probablemente la clave principal en el éxito o fracaso de nuestra jornada de surfcasting es acertar con el cebo adecuado. Éste lo debemos seleccionar según las condiciones del día (mar, viento, mareas etc), procuraremos llevaremos un poco de todo, o al menos un cebo duro y otro blando optando así a las distintas especies que queremos pescar, pero siempre teniendo presente que nuestro objetivo es la pesca de espáridos, principalmente sargos y doradas. Por lo que usaremos aquellos cebos que a priori son alimentos presentes en su dieta habitual.


Así no deben faltar en nuestra nevera de cebos algún tipo de gusano (americana, coreana o el infalible “xorrón”) y luego uno o dos cebos duros que elegiremos en función de resultados previos en la playa a la que vayamos como pueden ser la tita, sepia, pata de pulpo, e incluso algún cangrejo o navajas si las hay en la zona (Estos dos últimos cebos son letales para la dorada)

Los espáridos en muchas ocasiones son peces esquivos y, según cuál, más difíciles o fáciles de engañar. A veces son difíciles de encontrar y hacen complicada su pesca. En unas ocasiones, caprichosos con la comida, y en otras de lo más carroñeros. Así que vamos a ver algunos pequeños consjeos para hacernos con éstos desde la costa con equipos de surfcasting y centrándonos en las horas de poca luz o incluso de noche.

LA DISTANCIA ADECUADA
¿Dónde buscamos: Lejos, cerca o a ambas distancias? Localizar la distancia adecuada en la pesca a surfcasting es todo un arte, nunca vamos a saber exactamente, y esto es en parte lo que engancha de la pesca, a qué altura está comiendo el pescado. Lo cierto es que a pesar de que nos obsesionamos con lanzar lo más lejos que nuestro equipo alcance, buscar los peces lo más lejos posible es un error muy habitual ya que en no pocas ocasiones clavamos sargos y doradas prácticamente en la misma orilla por lo que no debemos descartar la zona de espuma en los primeros 30 o 40 metros de agua. ¡Nos llevaremos más de una sorpresa!

Si llevamos dos cañas, algo muy recomendable por no decir imprescindible cuando pescamos en la playa ¿por qué no probamos más cerca? Esto que parece de sentido común realmente no lo es ¿verdad que siempre intentamos lanzar más y más lejos una y otra vez?

Por ejemplo, en la última rompiente. Ahí no sólo hay lubinas, sino también sargos y doradas obteniendo comida fácil por la extracción a través de las olas. También podemos buscar a poca profundidad en las desembocaduras de agua dulce, en las escolleras y en los puertos por muy quemados que estén.

Un factor muy importante en la pesca a surfcasting es jugar con el cebo dependiendo de la distancia a la cual estemos calando líneas. Podemos hacerlo con los cebos blandos tipo gusanos buscando muy cerca o muy lejos e intentando engañar a las desconfiadas doradas que se sitúan al límite de lo que nuestros equipos pueden alcanzar.

Por su parte, están los cebos duros como el cangrejo o la navaja que suelen funcionar mejor lanzados lo más lejos posible.

Y por último, tenemos los cefalópodos como el calamar, el pulpo o la sepia. Son cebos que nos permiten hacer las jugadas como queramos. Es decir, podemos efectuar lances de lo más potentes sin perjudicar la carnada al igual que podemos calar dichos cebos a 15 m de la orilla buscando esa lubina que se arrima hasta quedarse prácticamente sin agua.

¿SOBRE QUÉ FONDO PESCAMOS?
Cuando hablamos de fondo nos referimos a los dos sentidos, es decir, sobre qué tipo de fondo vamos a pescar durante nuestra jornada de surfcasting y a qué profundidad vamos a hacerlo.

Los sargos y doradas son especies que podemos encontrar en fondos de arena con profundidad mínima de 1 m y máxima de 6 m, ya que ir más al fondo desde una playa es prácticamente imposible.

LA IMPORTANCIA DEL SEDAL
Normalmente a los espáridos les gusta pasearse por las zonas más profundas del arenal, lo que nos obligará a llevar equipos que nos permitan alcanzar dicha distancia. La barrera de los 100-150 m con una profundidad mínima de 2 m, suele ser apta para coger todo tipo de miembros de la familia, ya sean doradas, sargos o besugos.

Procuraremos, como siempre, utilizar un bobinado fino, arriesgando así las capturas más grandes pero incrementando las posibilidades de recibir más picadas al pasar nuestros “engaños” más desapercibidos.

Los espáridos saben mucho y tenemos que pescar de la manera más discreta posible para que tomen confiados nuestro cebo. Cuanto más fino pesquemos, más capturas obtendremos. Siempre dependiendo del tipo de fondo nuestro carrete irá bobinado con un diámetro u otro, pero no deben faltar desde 0,20 (muy arriesgado en el Cantábrico) hasta los 0,24/0.30 mm (más habitual por estas latitudes siempre que el “mar” nos lo permita) Si pescamos desde espigones, escolleras o acantilados cuyos fondos están compuestos por piedras, trabajaremos con un 0,35 y sin puente de línea.

Y por último, en lo que a la gameta se refiere, trabajaremos con diámetros finos siempre dependiendo del estado de las aguas. Cuanto más sucias estén, más gruesa podrá ser nuestra gameta, aprovechando así la poca visibilidad de los peces. Y cuanto más cristalinas, más fino, siempre sin sobrepasar el abanico que va de los 0,22 a los 0,40 mm de diámetro, ya que si son más gruesos delatarán nuestro engaño.

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