Ads 468x60px

Gracias por tu visita ; )

El plomo en el surfcasting

viernes, 2 de septiembre de 2011


Merece la pena dedicar un post especial al plomo de surfcasting: ¿qué modelos utilizar?, ¿cuándo utilizarlos?, ¿cómo?... intentamos dar respuesta a todas estas preguntas

A pesar de su pequeño tamaño y de su escaso coste económico en relación con el resto del equipo de surfcasting, el plomo es uno de los elementos más importantes del equipo en este tipo de pesca desde playa. Tanto es así, que podemos asegurar que de nada servirá disponer del mejor carrete ni de la más sofisticada de las cañas, si después colocamos un plomo inadecuado.



La importancia del plomo en el surfcasting
Por desgracia muchas veces la elección del plomo se deja un poco a la improvisación del momento o, incluso, simplemente a lo que nos puedan ofrecer en la tienda de pesca más cercana... Esto es un gran error.

La misión del plomo en un equipo de pesca es la de lastrar la línea de tal forma que el pescador pueda lanzar el aparejo a una cierta distancia.

Prácticamente todas las modalidades de pesca requieren de algún tipo de lanzado, pero en el Surfcasting este aspecto es crítico. El hecho de hacer llegar el aparejo a un lugar en concreto puede ser la diferencia entre conseguir o no los resultados deseados.

Ni que decir tiene que para conseguir que nuestro cebo entre en el agua justo en el punto que queremos, se precisará de una magnífica técnica de lanzado (la cual se consigue, principalmente, con muchas horas de práctica); pero también es absolutamente necesario que realicemos una correcta selección y colocación de los plomos o plomo que vamos a utilizar... y aquí no pocos pescadores experimentados fallan.



Tipos de plomos
Principalmente hablaremos de dos modalidades de plomos para surfcasting: según su enganche y según su forma.

Así, según su enganche, podemos hablar de dos tipos diferentes de plomos:

Deslizantes: disponen de una pequeña perforación a lo largo de su cuerpo, utilizada para pasar el hilo. De esta forma se mueven libremente por la línea.

Este tipo de plomo suele utilizarse con un aparejo en el que el anzuelo esté colocado en la parte final de la línea, mientras que el plomo se situará entre el anzuelo y la caña.

Fijos: Se atan al sedal mediante una pequeña argolla (que si no tiene un diámetro excesivamente grande hará que el plomo actúe como deslizante).

El aparejo utilizado habitualmente con los plomos fijos lleva el anzuelo colocado entre el plomo y la caña. Además y según la forma del plomo, podremos hablar de los siguientes modelos:

Plomadas esféricas: suelen ser deslizantes, permitiendo un deslizamiento de la línea de forma lateral.
Se utilizan fundamentalmente en fondos planos, teniendo en cuenta que en las zonas rocosas pueden quedar enganchados con cierta facilidad.

Plomadas redondas: llamadas “reloj” o “corona”, podemos encontrarlas con o sin puntas. Utilizados cuando se necesita anclar bien en un fondo de arena o de fango. Tienen el inconveniente de que su especial superficie plana opone una fuerte resistencia al aire, por lo que dificultan bastante el lanzado.

Plomadas cónicas: su especial forma de gota evita los molestos enganches, por lo que pueden ser utilizados en zonas de piedras sin problema alguno.

Plomadas tubulares: deslizantes o fijos, cuentan con la ventaja de ser muy económicos, si bien los atascos son más que comunes.

Plomadas ahusadas: los más utilizados por el pescador deportivo, puesto que su forma aerodinámica permite lanzamientos más largos.

Plomadas tipo pera: muy útil gracias a su gran versatilidad. Sirve para pescar tanto en fondos de arena y como en los rocosos. Tiene el inconveniente de que suele rodar sobre si mismo en el momento en que aparece la corriente.

Plomadas con aletas: especialmente pensados para un buen lanzado, por lo que han sido dotados de esa espectacular forma aerodinámica con aletas que además les sirven para anclarlos en el fondo y conseguir que no opongan resistencia a la hora de recogerlos, al evitar los más que posibles enganches.

Plomos con ganchos: muchos modelos de plomos han sido dotados de estos ganchos que se entierran en la arena, impidiendo que el plomo se desplace. En el momento de recoger, los plomos se repliegan, para no oponer ningún tipo de resistencia. Por ello son adecuados para pescar en fondos de arena, pero también sobre rocas ya que su longitud impide el enganche.

La selección del plomo
Procedemos a continuación a realizar un listado de los puntos más importantes que se deberán tener en cuenta a la hora de seleccionar el plomo adecuado para nuestra pesca:

-Plomo versus aparejo: Por supuesto, lo primero será elegir el aparejo que deseamos colocar en nuestra línea y éste determinará el plomo o plomos a utilizar.

-Empezar poco a poco: para conseguir llegar al plomo adecuado para la pesca y el día en concreto, deberemos realizar varias “pruebas previas”. Para ello no debe importarnos comenzar por montar plomos de unos 90 g. hasta que le vayamos cogiendo el tranquillo a la técnica y, sobre todo, al equipo. A pesar de que empecemos con poco peso (con el cual deberemos practicar mucho), lo normal es que acabemos consiguiendo el equilibrio deseado entre los 115 y los 130 g.

-Capacidad técnica del pescador: la experiencia es un grado y un buen lanzador puede conseguir buenos resultados aunque el plomo no sea del todo el adecuado.

-Capacidad física del pescador: resulta obvio que la fuerza del pescador influye en su capacidad para poder lanzar peso a ciertas distancias.

En relación a los dos puntos anteriores, el pescador debe tener muy presente con qué equipo se encuentra cómodo. Utilizar un plomo fuera de nuestras “posibilidades” sólo servirá para que nos encontremos incómodos, provocando lances, cuanto menos, erráticos.

-Peso del plomo: por supuesto, cuanto más pesado sea un plomo, más costará lanzarlo lejos; ahora bien, debemos tener algo presente: no por montar un plomo de mayor peso ganaremos en distancia, más bien en ocasiones podrá suceder justamente al revés.

-Forma del plomo: ya hemos comentado antes la gran variedad de formas que puede tener un plomo. Dependiendo de una u otra, el plomo se comportará de distinta forma.

-Colocación del plomo: en general, podemos decir que existen dos opciones en cuanto a la configuración del aparejo con respecto a la situación del plomo:

Plomo en derivación terminal: unido al aparejo y aparejo unido a la línea.
Plomo corredizo o intermedio: plomo por cuyo interior pasaremos la línea (por debajo estará el aparejo).

– Acción de la caña: es muy importante que consultemos la acción marcada en las características técnicas de nuestra caña, si bien nunca deberemos tomarlo “al pie de la letra”. Así, si la acción marca 100-200, nunca nos atreveremos a montar un plomo de 200 g., ya que sólo conseguiríamos romper el sedal, el puntero, o ambos, pudiendo provocar incluso serios problemas en la estructura tubular de la caña... tenga en cuenta que emerillones, perlitas, anzuelos y
cebos también pesan (en ocasiones más de lo que pensamos).

– Tipo de fondo en el que queremos pescar. En general podemos hablar de los siguientes fondos:
Arena fina: utilizaremos un plomo con forma de pirámide o de gancho. Este tipo de fondo no suele presentar problemas, por lo que prácticamente es válido cualquier tipo de plomo.

Arena fina entre rocas: el plomo de gancho será adecuado (no si estamos lanzando y recogiendo, puesto que este tipo de plomos se sujeta con fuerza al fondo, por lo que la fuerza necesaria para recuperarlo es muy grande).

Recubierto de algas: plomos de palangre o de lágrima; su especial forma hace que las algas pasen sin engancharse.

Piedras de canto (redondas): plomos de corona o de grapas.

Rocas: plomos de araña.

-El estado de la mar: en ocasiones el movimiento de la mar puede provocar que nuestra línea sea devuelta a la orilla nada más caer al agua; en estos casos debemos utilizar plomos con peso suficiente en función del coeficiente de marea.

Buena idea será asimismo decantarnos por plomadas con elementos de fijación que puedan mantenerlos en el fondo.

– Meteorología reinante: existen factores del clima que pueden influir directamente en la selección de nuestro plomo. Sin duda el más importante es el viento. Si éste hace acto de presencia, sobre todo si lo hace con fuerza, será necesario que elijamos plomos que dispongan de algún tipo de agarre, de tal manera que se “aferren” al fondo. Si por el contrario, el viento apenas sopla, deberemos optar por plomos más livianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
 

Lo más leído

Síguenos en Facebook

Followers

Sidebar One